Gabriel García Márquez títuló uno de los artículos que publicaba en El
País ‘Seamos machos: hablemos del miedo al avión’. Como homenaje al
colombiano, hablemos de la pasión futbolera y la frialdad de muchas
mujeres y algunos hombres (glup) frente al deporte rey (glup). Supongo
que las grandes pasiones se heredan y, si a las madres no les interesa
el fútbol, a las niñas tampoco les gustará demasiado.
Un científico diría que todo viene de Atapuerca. Mientras ellos corrían
buscando el sustento (un mamut-una pelota, futuros ingenieros y
topógrafos), ellas amamantaban a la prole en amigable conversación
(buenas cuidadoras y comunicadoras).
Pero ahora que las tareas se comparten o tienden a compartirse
Atapuerca queda lejos. Y atrás los domingos de
depresión con el Carrusel Deportivo. Ayer me descubrí preparando una
cervecita y unos manís. Eran, eso sí, para el intermedio de mi programa
favorito. Las fronteras de diluyen. Todo cambia. Dentro de poco gritaré ¡Goooool!