Llega 2010 y me pilla sin palillos para las gildas. De los errores, y los olvidos salen algunos descubrimientos, mirá lo de Colón, así que a ver si estas gildas deconstruidas anuncian un año con ideas.
Ideas para sus canciones es lo que no faltan a los protagonistas de ‘Los gatos persas’, película que he visto hace unos días en Burdeos. Ojalá pueda verse también aquí. Los franceses eran hasta hace poco esos vecinos antipáticos que nos miraban por encima del hombro y que no entendían cuando les pedías una barra de pan. Pero hemos evolucionado y es tiempo de reconocer sus méritos. Están sus baguettes, sus garrafes d’eau y su vin rouge pero también, como pasa en Burdeos, sus ideas para reconvertir una antigua iglesia en un cine -Utopia-, lleno de carteles que apelan a la solidaridad.
En una sala llena de público vi ‘Los gatos persas’. Allí a los jóvenes no les faltan ideas para sus canciones. Ni tampoco valor. La policía omnipresente puede detenerles sólo por reunirse a tocar. El director, Bahman Ghobadi, premiado antes en San Sebastián, trajo este año esta película al festival. En las ruedas de prensa hablaba de la tristeza de vivir en Irán.
Brindo por él. Feliz 2010.