Acudí al centro de Donostia a realizar varios mandados. Observé que el cielo combinaba varias tonalidades de rosa y compré una camiseta de este color. Entré en la biblioteca con movimientos rápidos aunque tuve que esperar en el mostrador para entregar el libro en propia mano. En la Fnac escuché el último disco de Rosario. Cuando llegué al cumpleaños el aceite se había quemado en la sartén pero ella lucía sonriente y feliz. El regalo fue un éxito. La camiseta la estrenaría esa misma semana y el disco aflamencado de éxitos de nuestra infancia era lo ideal para los viajes a la nieve. Además ella había recibido dos enormes ramos de flores, uno de los cuales la había alegrado especialmente.