Desde el sofá (huummm) leo el fin de semana que una mamá preside la mesa del Parlamento Vasco. Arantza Quiroga dice en la entrevista que publicó Alberto Surio el sábado en DV que la víspera de su entronización durmió muy bien, sin niños que le despertaran por la noche.
Esta pequeña referencia recuerda que los niños no se crían solos, como los champiñones. Cuando venerables señores presidían las mesas y los países, los churumbeles nunca despertaban por las noches. O el resto no nos enterábamos.
Encima que se ocupan de la prole, a ellas les exigen más y les hacen chistes, deduzco de la entrevista.
Más vale ir a ver los árboles a la avenida de Tolosa. Lástima de lluvia. El mundo nunca es perfecto. Y la naturaleza, a veces, tiembla.