Hace un tiempo, ay, florecieron en mi camino de reportera los temas de conocimiento personal: ‘¿Qué es la vida? ¿Y la felicidad? ¿Tiene un sentido este asunto?’ Unos se alimentaban de otros y las propuestas serias encontraban eco en tierra abonada que era yo. En una de éstas conocí a un tipo curioso. Era Andrés Martín Asuero, un donostiarra afincado en Palma de Mallorca que había abandonado su exitosa carrera de empresario por una úlcera que nunca terminaba de curar. Paró, se enfrentó a lo que le ocurría, y descubrió que tenía estrés. Haciéndose eco de la frase ‘dónde está tu herida está tu don’, se especializó en la materia, se dedicó a ofrecer cursos a otros afectados y escribió un libro sobre el estrés. Volví a entrevistarle en DV con motivo de la publicación.
El otro día el diputado de Innovación José Ramón Guridi reflexionaba sobre los motivos que han podido llevarle a sufrir un ictus y mencionaba como una de las causas el estrés. Recordé a Andrés Martín Asuero, descendiente de aquel afamado doctor Asuero que curó a tantos donostiarras por el trigémino. Y le prometí enviarle el libro. Ya lo tengo preparado. Se titula ‘Con rumbo propio’. Y tiene que ver con el estrés. También Guridi me habló del barco y del timón. ¡Qué cosas!