El martes en el programa ‘Keridos monstruos’ del colega bloguero Mitxel Ezquiaga se hacía una encuesta de mucho fuste. ‘¿Cuál es su lugar favorito de San Sebastián?’, preguntaba la reportera Estrella Inchausti a los viandantes. La cuestión me la vengo planteando desde hace tiempo. Y soy fiel a una escena de la adolescencia, o así. A pesar de que la ciudad y yo tanto hemos cambiado. ¿Mi lugar? Los jardines de Ondarreta. Mira que han puesto barreras naturales contra la arena invasora. Mira que las especies de los parterres son como las del desierto, resistentes a los elementos. Me veo con mi uniforme y los calcetines al tobillo, una tarde de septiembre postveraniega descubriendo que la vida no se acaba con la vuelta al cole.
Ayer acudí a la gasolinera modernista de Zurriola y, aunque estaba en obras, ¡oh, maravilla! El escenario de la playa abierta al mar con las enormes olas pisó fuerte en mi ránking. Otro regalo, esta vez en febrero.
Que me llamen ñoñostiarra. ¿Cuál es tu sitio?