Con las sandalias he entendido por fin qué quiere decir lo del cambio de paradigma. Vivía feliz con las mías de cuña, algunas de ellas de altura, que me permitían andar -me gusta caminar- y estilizaban mi figura. Pues bien, todo se ha venido abajo. Una lesión en el tobillo me ha golpeado con la realidad: tacones de 4 centímetros y sentido común, lo que a veces ha faltado en mi armario. He recorrido las zapaterías de Donostia y sólo he encontrado sandalias de tacón corrido, que permiten ganar unos centímetros sin perder comodidad. Las más bajas y estilosas -pocas- se han acabado. Rastreo la pista de mis favoritas fuera de la ciudad.

En Gipuzkoa se ha producido también un cambio de paradigma, con Bildu en las principales instituciones. Las viejas sandalias ya no sirven pero hay que andar. Dicen que la elegancia es el arte que nos enseña a no hacer nada como
los demás pareciendo que lo hacemos todo como ellos. Pero también que la elegancia, como la belleza, está en el interior. Yo espero que se termine notando.