Lo de la familia tiene su aquel. Menos mal que me he puesto a tiempo a hacer bizcochos. Los hijos siempre tienen algo que decir a los padres. Lo leo estos días. Mario Sábato, el hijo del gran Ernesto Sábato, ha decidido, a los 63 años, enfrentarse a la figura de su padre. Y se ha dado cuenta de que su viejo tuvo que cumplir los 70 para decir ‘Te quiero’. Siempre hay algo.
Daniel Vázquez Sallés, hijo de don Manuel, ha escrito una novela sobre una pareja joven y unos hijos «abandonados» por las veleidades intelectuales de los padres. «Yo soy el hijo», dice.
Esto no es nada fácil. No hay descendiente que te ponga un ‘bikain’.
Tendré que hacer una nueva tarta. Por algo se empieza.