Con dos millones y medio de obras de arte, el Museo Hermitage de San Petersburgo es la mayor pinacoteca del mundo pero sólo un 3% de sus fondos se exponen al público.
Atesora una de las colecciones de arte más importantes con más de tres millones de obras de grandes artistas como Velázquez, Rubens, Gauguin, Da Vinci, Rembrandt o Picasso y su
fama atrae a San Petersburgo desde hace décadas a amantes de la cultura de todo el planeta.
Estas obras de arte tienen que ser protegidas de las ratas y otros animales que rompen los cuadros y devoran los lienzos.. y para ello existen unos guardianes muy especiales. Desde los tiempos de los zares, los gatos han defendido los cuadros de los sótanos y almacenes del Hermitage del ataque de los roedores, una labor fundamental que ha permitido que se conserven obras de artes que de otro modo hubieran desaparecido.
Adaptados a los nuevos tiempos, incluso cuentan con su propia página web y un día al año dedicado exclusivamente a ellos. Bajo el nombre de Día de los Gatos del Hermitage, cada 27 de mayo se organizan actividades en su honor.
Gracias a los esfuerzos de Maria Haltunen, asistente personal del director del museo y quien, entre otros cometidos, ejerce de jefa de prensa de los gatos del hermitage, los felinos ahora tienen su propio hospital en el sótano del museo, una cocina donde les preparan la comida y tres trabajadoras que se ocupan de ellos a jornada completa.
En total existen entre 50 y 60 gatos trabajando en el museo. No se adoptan más porque si superan ese numero empiezan a tener conflictos entre ellos por el territorio. Los gatos recibidos que no pueden ser adoptados se envían a familias que los puedan recoger.
Los adoptantes a cambio reciben el certificado “Dueño de un gato del Hermitage” que les permite visitar gratuitamente el museo de por vida.
Y luego me preguntan que cómo me gustan tantos los gatos…