Yo confío en nuestra juventud tanto que ingenuamente pensaba que el machismo estaba erradicado de la vida de los más jóvenes pero no debe de ser así, cuando el escritor y catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Córdoba, Octavio Salazar, implicado personal y profesionalmente en la lucha por la igualdad de género, ha centrado gran parte de su estudio crítico en las masculinidades tóxicas. Escribió en 2017 El hombre que no deberíamos ser (Planeta) y acaba de publica en la misma editorial, #Wetoo y el autor se lo dedica “a las chicas y a los chicos más jóvenes con la esperanza de que al fin puedan habitar un mundo en el que mujeres y hombres seamos equivalentes”
Este libro es una hoja de ruta para las nuevas generaciones que deberían implicarse en la lucha por un mundo más justo e igualitario. Porque mientras las chicas van sabiendo quiénes son y lo que valen, los chicos – dice el autor – andan desconcertados entre modelos viejos de masculinidad y la falta de referentes.
Este es un libro comprometido y apasionado y ofrece una guía de orientación. Hay capítulos como “Lo contrario al feminismo es la ignorancia” (definición de Ana de Miguel) o “ Si no es sí, es no “ que deberían de leerse en los colegios y primeros años de Universidad para construir un mundo más justo. Porque no olvidemos que la definición de feminismo según la RAE (institución en la que ha habido y sigue habiendo pocas mujeres) es la siguiente: “el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre “ y “el movimiento que persigue la realización efectiva de dicho principio.” Por lo tanto ¿Quién puede estar en desacuerdo? ¿Observamos bien nuestros comportamientos adquiridos y nuestras frases hechas?
Este es un libro para leer con detenimiento y aunque sé de antemano que recibiré más de una crítica, la asumo sin ningún miedo, convencida de que aunque sólo he tenido hijas, si hubiera tenido algún hijo, hubiera querido que fuera feminista y comprometido con su sociedad. Y para rematar el post ( porque en el fondo valiente y comprometido es Octavio Salazar, no yo) acabo con unas líneas que creo ayudarán a cualquier jóven: “Recuerda que la claves no es querer mucho, sino querer bien y que por tanto, amar a alguien no implica poseerlo, ni controlarlo ni anularlo. Como tampoco disfrutar del sexo implica ejercer relaciones de dominio o no escuchar la voz de quien participa contigo en la fiesta del cuerpo.
Tira, por tanto, todos los candados a la basura y no olvides que, en el sexo,si no hay un sí es no. Asume de una vez por todas que ellas no están para satisfacer tus deseos. Todos, sean cuales sean las preferencias sexuales de cada uno, debemos gozar de los fantástico que es que los cuerpos se compartan y se disfruten, pero siempre desde la autonomía y recordando que el sexo seguro y consentido es la mejor garantía para que podamos disfrutar el doble. “