Hoy todos hablan de su muerte y será reconocido siempre. Ha muerto en París Karl Lagerfeld, diseñador de Chanel y Fendi. Alemán de nacimiento, tenía 85 años y llevaba 35 al frente de la casa Chanel. El pasado enero resultó especialmente llamativo que el creador no acudiera al desfile de la firma de moda, una cita a la que jamás faltaba.
Además de como gran creador, Lagerfeld fue también conocido por su peculiar imagen. Iba siempre vestido de negro, camisa blanca y unas perennes gafas de sol . Hombre polémico a veces, sus llamativas sentencias eran perdonadas y consideradas una extravagancia. En 2012 no dudó en calificar a la cantante Adele como “un poco demasiado gorda”. También dijo sobre los hombres rusos: “Son tan feos que si fuera yo una mujer rusa, me haría lesbiana”, “Odio a los niños”, “No soportaría tener una hija fea” o “Los estampados florales son para mujeres gordas de mediana edad” y “La clase media no tiene suficiente clase” Estás fueron algunas de sus muchas perlas.
Algo maniático, Lagerfeld cuidaba su aspecto diario hasta la extenuación. Todo en él está pensado hasta en el más mínimo detalle. ¿La culpable de tal obsesión? Su madre. “Cuando era un niño, mi madre siempre me dijo que podría despertarme en mitad de la noche gravemente enfermo, así que siempre tienes que estar impecable. Creo que todo el mundo debería irse a la cama como si tuvieran a su cita en la puerta”.
Hombre algo maniático, Lagerfeld tenía un ritual diario que no abandonó jamás. Bebía grandes cantidades de Coca Cola light, se empolvaba el cabello con champú seco y necesita mucho tiempo por las mañanas para arreglar su coleta y maquillarse. Sin embargo , todas esas facetas no estaban reñidas con la de lector empedernido. Era un bibliómano.Su madre, adicta a los libros, fue la que le inculcó esa pasión por la lectura. “Pasé mi niñez en el campo y empecé a leer mucho antes de ir al colegio. Desde entonces nunca lo he dejado”, solía decir. También le apasionaba dibujar con los lápices de ojos de Chanel.
Si hay algo a lo que Karl era adicto además de a la Coca-Cola era sin duda, a las gafas de sol. Jamás iba sin ellas. Ni en la noche más cerrada. “Nunca salgo sin mis características gafas de sol, me gusta observar pero no ser observado.” Solía decir.
Su gata Choupette, una gata Birmana blanca de ojos azules , no es tan famosa como su dueño, pero casi. Era el mítico diseñador el que se encargaba personalmente de gestionar todos sus proyectos profesionales, entre los que estaban totalmente vetados los anuncios de comida. Choupette ha sido portada de la revista Vogue junto a Linda Evangelista, y hasta tiene una biografía: Choupette: la vida privada de una gata de la moda de alto vuelo. Lagerfeld contó hace un tiempo cómo comenzó su relación con la gata. “Choupette era de un amigo que me pidió que cuidara de ella mientras él se encontraba de viaje. Cuando regresó, le dije que se quedaba conmigo. Ahora tiene otro gato que está muy gordo y Choupette se convirtió en la gata más famosa y rica del mundo”.
No hay duda de que el gran amigo de Carolina de Mónaco , Inès de La Fressange, Cindy Crawford, Carla Bruni, Naomi Campbell o Claudia Schiffer, era un genio y un excéntrico pero arriesgaba y solía ganar. Firmó audaces colaboraciones con marcas como H&M, Coca Cola, Volkswagen o Sephora.
Hoy se han acercado improvisados admiradores a la puerta de la boutique de Chanel de París para dejarle rosas blancas como muestra de admiración y cariño.