La imagen más típica de Cannes es la subida de las escaleras, ese camino
celestial en rojo, flanqueado por un ejército de fotógrafos. Aquí
traemos una imágenes que tomamos en la subida de las escaleras de
Cannes, pero mirando hacia el otro lado y cuando los focos ya estaban
apagados. Frente a la alfombra roja, en la noche, permanece preparado y a
la espera del día siguiente todo el arsenal de sillas, hamacas,
escaleras, banquetas y artilugios inclasificables que se apiñan justo
enfrente del comienzo de la escalinata roja. Cada cual deja en el
territorio conquistado su arma para otear a las estrellas en forma de
montaña humana (en la tercera foto). Desconocemos si la cosa consiste en
llegar el primero y tomar posición para todo el Festival o hay algún
complejo sistema de reparto municipal que deje en pañales a la batalla
por los toldos de La Concha. El caso es que esa escultura de hierros que
sería la envidia de Arteleku (ya no podemos decir Tabakalera, snif!),
tiene su picardía: en la otra imagen vemos el cartel que anuncia el
alquiler de la escalera de siete peldaños, por el módico precio de 50
euros. Tampoco sabemos si el que paga los 50 euros utiliza toda la
escalera o a su vez puede alquilar los otros seis peldaños a otros seis
oteadores. Sí especifican que el alquiler de la escalera incluye el
emplazamiento. ¡Menos mal!