LA PESCA DEL SALMÓN EN YEMEN
Director: Lasse Hallstrom. Guión: Simon Beaufoy. Intérpretes: Ewan McGregor, Emily Blunt, Kristin Scott Thomas, Rachel Stirling. Nacionalidad: Reino Unido. Título original: Salmon Fishing in the Yemen. Duración: 111′. Cines: Antiguo Berri, Príncipe, Niessen, Txingudi.
Podría haber sido la ya cansina historia de superación y autoayuda (a dos bandas) pero la ironía británica salva con todos los honores La pesca del salmón en Yemen. Al instante surge una Kristin Scott Thomas a la que estábamos esperando, así de brava, de cínica, de implacable, una dama de hierro cachonda para sacar a la luz todas los malos pensamientos de la clase política. Una Espeonza Aguirre (esto solo lo entenderán los tuiteros) en vivo y en directo. Ella, su personaje, y un Ewan McGregor que todo lo hace con esa sensación de comodidad de un Cary Grant, y a quien habría que ir considerando ya en esos olimpos, elevan considerablemente las aguas superficiales pero refrescantes de ese director, Lasse Hallstrom, que está siempre a punto de mostrarse acaramelado (bien en Las normas de la casa de la sidra y Mi vida como un perro, mal en Chocolat); pero que en esta ocasión lo mantiene todo en dietética armonía. Y luego está Emily Blunt, que desde El diablo viste de prada a Destino oculto, es una presencia cada vez más valiosa.
Que La pesca del salmón en Yemen se abra y se cierre con un sarcasmo bien ingenioso, que se cuela también en otras rendijas, permite sacar esta historia deliciosa, divertida, suavemente romántica, de las corrientes más vulgares. Veloz cuando es preciso entrar de lleno en situación y jugar inteligentemente con las elipsis, La pesca del salmón en Yemen es un pequeño pero continuo placer de los que no es conveniente prescindir.
No tiene nada que ver con la película, pero el título nos permite evocar esta gran canción de Orange Juice: Salmon Fishing in New York.