Wes Anderson tiene un estilo tan particular que es de los que pueden provocar rechazos. Su percepción del mundo, entre lo infantil y lo irónicamente perverso, su humor visual tan clásico como los maestros del cine mudo y rabiosamente moderno a un tiempo, tienen unos códigos especiales, nada difíciles por otra parte. Cuando se entra en su mundo el gozo es permanente.
Moonrise Kingdom es una celebración a lo grande de su estilo con una historia pequeña, como un cuento delicioso. Cada uno de sus planos es una preciosidad de composición y colorido,’con elementos graciosos, chocantes, ingeniosos en su interior. Los protagonistas de esta historia de boy scouts, y preadolescentes enamorados, y adultos que son como personajes de cómic, son los niños, pero la pressencia de Bruce Willis, Bill Murray o Edward Norton es rotunda en su corto tiempo, también la pequeña aparición de Harvey Keitel. Sin el delirio surrealista de Life Aquatic, o la emotividad de Viaje a Darjeeling, Wes Anderson completa un filme aparentemente liviano, pero cargado de detalles placenteros.
Y atención a la colección de pantalones de Bill Murray en la película, a juego con la chaqueta que llevó en la rueda de prensa de la película.