Nada hacia presagiar en la calurosa noche del viernes pasado, y en el aún más caluroso bar, que el actuante iba a salir a escena con un gorro bien recio y ajustado, muy útil en Alaska. Mucho menos imaginaba nadie que permanecería toda la actuación, unos 50 minutos, con él encasquetado, en imposible conjunto con […]