Bien sin entusiasmos era la tónica general en lo que pudimos ver de la primera jornada oficial del Primavera Sound, la del jueves. Quizás fue la intermitente presencia de la lluvia lo que marcó un poco las distancias. Hubo buenos conciertos pero nada que se saliera de lo previsible en lo que nos tocó ver. O eso nos pareció.

En las cuestiones ambientales, además de las gotas de agua persistentes aunque sin chaparrón, que traicionaron por la noche el espléndido día soleado que habíamos tenido en Barcelona, hay que señalar que hay por aquí mucho público: si en la primera jornada vimos el escenario de la grada a rebosar con The XX como nunca lo habíamos visto, qué será el viernes y el sábado. Aquí no hay crisis. El festival ofrece aún más conciertos que otros años y los servicios siguen tan bien o mejor que otros años, para tratarse de un festival de rock. No se ven recortes. Repasemos las cuatro actuaciones que pudimos ver enteras:

The Wave Pictures. Colegas de Darren Hayman y sus Hefner, los Wave Pictures van en similar onda de pop fresco, irónico e imaginativo que Hefner, y lo defienden bien en directo como trío. Pero al guitarrista le da por hacer unos punteos interminables que llevan la propuesta a una deriva incierta. Entre eso y que era aún mediatarde soleada, quedó un poco desdibujada su actuación.

The Fall. Mark E. Smith sigue tan irreductible como siempre, y tan ajeno al arte de cantar como se ha mostrado desde sus comienzos hace 35 años. Sus recitados inimitables y fascinantes se adornaron con coros desvariados montados sobre una base muy contundente de su actual banda: bajo monolítico, ruidillos electrónicos de la joven teclista y guitarras recias e imaginativas. Sin saludos ni despedidas, pero recibidos como estrellas, soltaron 50 minutos de convincente rock troglodita y se marcharon. Fue mejor su anterior actuación en el Primavera hace dos años, pero convencieron. Justo cuando estaban tocando el tema “Weather Report”, empezaron a caer las primeras gotas de lluvia.

The XX. Uno de los ‘hype’ del año me dejó la misma sensación que su disco. Tienen temas muy atractivos, que parecen que van a dar pie al éxtasis, pero siempre llega un momento en que se diluyen. Con su tecno pop minimalista y melancólico, lleno de efluvios de New Order, los primeros Cure y algo de Cocteau Twins en la cantante, amagaban con lograr el concierto del día con preciosos temas como “VCR” y “Crystalised”. Pero abusaron de lo atmosférico y lo lánguido. Pusieron el recinto a rebosar de gente y había muchísimos fans coreando aunque luego perdieron fuelle. Es lo que tiene el Primavera: grupos minoritarios parecen aquí superventas de éxito masivo.

Tortoise. Siempre me maravilla que jóvenes de 30 o menos años que echarían a correr si se les hablara del jazz-rock de los años 70, se entusiasmen con Tortoise y sus complejísimas estructuras abstractas, y su virtuosismo instrumental profundamente intelectualizado. Pero ayer ocurrió de nuevo en el Primavera: su actuación también reunió a un gentío y buena parte del público seguía los ritmos alambicados y las melodías imposibles de los de Chicago, como si se tratara de hits veraniegos. Cinco músicos en escena en continuo intercambio de instrumentos. Empezaron con dos baterías, usaron como suelen hacerlo las marimbas que recuerdan a Gong, y ofrecieron una cátedra de virtuosismo instrumental setentero con algunas incursiones electrónicas más modernoides. Todo muy meritorio y técnicamente espectacular, pero, para mí, musicalmente frío.

Y después ya nos retiramos, que había que guardar fuerzas para la jornada de hoy que viene muy cargada (esperemos que no de lluvia, aunque el cielo está cubierto). ¿Alguien vio a Pavement, por ejemplo, y puede informar aquí?