Hoy toca ver la parte positiva, la solución al problema que os planteé la semana pasada y para eso voy a empezar con un ataque de sinceridad. Lo reconozco me gusta mucho el dulce y se de primera mano lo que cuesta cambiar un hábito y una adicción tan fuerte. Con mis conocimientos, paciencia y constancia voy reeducando mi paladar y encontrando que el dulzor natural de algunos alimentos es una delicia que muchas veces pasa desapercibida. Una cebolla muy pochada, o un puré de calabaza pueden ser ejemplos de como el dulzor se esconde en platos que normalmente asociamos al salado.
Como ya vimos la semana pasada la mejor herramienta para cuidar tu salud es coger la sartén por el mango, y nunca mejor dicho porque se trata justo de eso. Señoras y señores hay que meterse en la cocina, buscar recetas, investigar, probar, acertar, equivocarse, aprender y disfrutar cocinando lo que nos vamos a comer después. Haz un bizcocho con miel en vez de azúcar por ejemplo y échale mucho menos de lo que indica la receta y añádele canela que su aroma es dulce.
Desde aquí te animo a que busques el dulzor natural en los alimentos como la cebolla, la zanahoria, la calabaza, el boniato o batata, la remolacha o la chirivía entre otros. Las recetas de cocciones largas ayudan a que los vegetales se vayan descomponiendo y liberen parte de sus azúcares. Como no, todas las frutas aportan un delicioso sabor dulce con el que se puede jugar en todo tipo de recetas, entrantes, primeros, principales postres…¿qué se te ocurre? O las frutas secas como las pasas, higos, dátiles y orejones entre otras son una delicia en ensaladas o postres por ejemplo e ideales para llevar a una caminata por el monte, llenas de energía de absorción rápida.
Pero para poder disfrutar de estos sabores es necesario reeducar el paladar. El sentido del gusto muchas veces está sobreestimulado y busca más y más sabores extremos y en caso del dulzor, éste lo aporta el azúcar puro. Pero si reduces el consumo de azúcar ya sea directamente o escondido en alimentos procesados con el tiempo te harás más sensible a los sabores y serás capaz de detectar y apreciar los dulzores naturales de los alimentos.
También hay otros ingredientes, que aportan dulzor o matices dulces y pueden ayudar a reducir el consumo de azúcar.
Como endulzantes puedes usar la miel, que es rica en vitaminas, minerales, antioxidantes, sirope de ágave que se absorbe mucho más despacio que el azúcar o el sirope de arce que tiene un sabor acaramelado y se extrae de la savia de los arces que están en norteamérica y Canadá.
Si buscas aromas con un toque dulce te recomiendo la canela, el clavo o el cardamomo unas especias ideales para utilizarlos en postres.
Y por último quería hablarte de la Stevia una planta con fuerte poder endulzante. Sus hojas en infusión aportan un potente dulzor y a día de hoy puedes encontrar extractos de esta planta en muchos supermercados. Mi recomendación es buscar la planta y usar sus hojas en infusión o en su defecto buscar el extracto puro de steviol sin otros edulcorantes artificiales para que tu cuerpo pueda aprovechar sus propiedades, entre las que se está descubriendo un control y mejora en casos de diabetes (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21808578) o de hipertensión (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/14693305).