La semana pasada apareció un anuncio en una página que estaba visitando sobre como perder peso. Concretamente decía: “ Pierde 26 kilos gracias a este truco raro de 1930” “Este método….derrite la grasa del vientre, muslos y glúteos a una velocidad increíble…” No pude resistirme y me metí en la página donde se anunciaba el milagro definitivo.
El milagro se lo atribuyen al ácido clorogénico, un compuesto que se obtiene principalmente del café o de la alcachofa. Como suele ser se apoyan en una premisa más o menos cierta para vender su moto. Se pueden encontrar estudios realizados con ratones donde se concluye que este ácido tiene efectos de control sobre la glucosa en sangre y la grasa corporal que se pueden asociar a una reducción del peso.
Entonces resulta que si nos atiborramos a este ácido en unas semanas vamos a convertirnos en figuras esbeltas y atléticas y lo mejor de todo…agárrate…SIN DIETAS!!! Es decir mientras tomes este ácido puedes alimentarte a base de donuts y cocacolas que todo irá bien, deja que el ácido haga su trabajo y tu relájate.
En el anuncio aparece el testimonio de una reportera que supuestamente tomó este producto durante cinco semanas. Al cabo de tres semanas asegura haber perdido 10 kilos, una barbaridad se mire por donde se mire. Después de las cinco semanas había perdido 20 kilos y se sentía estupenda y llena de energía.
Como no tenía alternativa, estaba completamente hipnotizado, pinché a adquirir el artículo y ver que ocurría. Se seguían describiendo los beneficios anteriores y otros nuevos por parte de un tal Manuel Días Collazo. Resulta que te quita el apetito, “Nunca tendrás hambre” dice, y que tu energía (no sabemos a cual se refiere) aumentará en un 80% y ahí se estabilizara, no llegarás a ser Superman pero te quedarás cerca.
En la página aparecen constantemente mensajes informando que Fulanito de Almendralejo ha comprado el producto hace 30 segundos, todo rodeado de carteles que te aseguran que si no pierdes 10 kilos en un mes o no estás 100% contento con el resultado le devolvemos el dinero, sin preguntas, vamos una ganga de las que ya no quedan.
Estamos viviendo en un mundo donde la mitad de la gente muere de hambre y la otra mitad de exceso. Donde se hace dinero a costa de la ignorancia de algunas personas que, influenciadas y condicionadas casi como robots, consumen productos con la única esperanza de convertirse en el icono que ansían esperando resolver de un plumazo todos sus problemas.
No logro entender como todavía siguen existiendo anuncios de este tipo. Que no haya un control exhaustivo de estos timadores y se tomen medidas ejemplares. Estos individuos juegan y se lucran a costa del sufrimiento de las personas, y al cabo de los meses desmontan el chiringuito y aquí no ha pasado nada. También me cuesta entender como existe tanto dinero invertido en sacar nuevos alimentos, en publicitarlos y conseguir que se vendan como churros y luego en financiar estudios para combatir las enfermedades que se derivan del consumo excesivo de esos productos mientras al lado hay millones de personas muriendo de hambre.
Hay para todos, podemos producir alimentos de calidad sabrosos, frescos y de temporada y abastecer a todo el mundo. Hoy sigo sin entender porqué no lo hacemos…