Es cierto, la situación del Bruesa ahora mismo no es cómoda. Claro, pero es que juega en la ACB. Muchas veces me da la sensación de que no acabamos de entender qué es el Bruesa GBC, dónde está y qué le podemos exigir. Y eso lleva a la afición a frustrarse. A veces, parece que le exigimos al equipo que juegue como el TAU, pero es que el Bruesa no es TAU…

Vamos a empezar por conocer qué es el Bruesa GBC. El Bruesa es un equipito recién ascendido que aspira a conseguir la permanencia. Ni más ni menos. Desde que la ACB es ACB, ningún equipo guipuzcoano ha logrado mantenerse; ni el Askatu de finales de los 80, ni el GBC de hace dos temporadas. Por tanto, ¿qué es exigible? Permencer fuera de los puestos de descenso y salvarse, aunque sea en la última jornada. De momento, el equipo está cumpliendo.

Ahora llega el asunto de aceptar lo que somos, y eso no es fácil. Primero, porque todos los aficionados al Baloncesto tenemos el mismo defecto: Lo sabemos todo y los demás no tienen ni idea. Y ese “no tienen ni idea” va dirigido hoy en día a Pablo Laso. Paradójicamente, el más exigente con el entrenador del GBC es el mismo Pablo Laso.

Luego está el presupuesto. El presupuesto del GBC es alto comparado con otros equipos que luchan por la permenencia. Cierto. Pero el Baloncesto no son Matemáticas. Echádle un ojo al presupuesto del Cajasol y al del Manresa y después mirad la clasificación. Comprobad el presupuesto de los Knicks y observan que puesto ocupan en la Conferencia Este de la NBA. Por suerte, en Baloncesto, no todo es el dinero.

Todo esto hace que al Bruesa se le pida jugar de una manera y ocupar un sitio en la tabla que no le corresponde. Pero si aceptamos lo que somos y que el puesto que nos corresponde, quizá a partir de ahí el equipo pueda mejorar.

¿Cómo mejoramos?

Hay dos carencias que me preocupan por encima de todas en el juego del GBC. La falta de una referencia indiscutible en la dirección y la falta de una referencia anotadora.

El problema en el puesto de base es de galones, de peso específico. Con dos bases de perfil alto, Laso no ha terminado de otorgar plena confianza a ninguno de los dos. No hay un base titular. Quiero decir, que si miro al Granada, se que ‘el galgo’ Gianella es el base, o Chris Thomas en el Murcia, o Prigioni en el TAU; pero no se quién manda sobre el parqué en el GBC.

Después está la falta de referencia anotadora. En otro tiempo, Hopkins, Roe o incluso Panko eran ése jugador; a estas alturas de su carrera, no. Panko sí ejerce de líder en la pista, pero no siempre anotador. Me falta un tipo al que dar el balón cuando quema, ¿quién es? En el TAU, Rako; en el Murcia, Dean; Oleson en el Fuenla… Viendo jugar al Bruesa, no lo se.

Dos temas subyacentes: El bajo rendimiento de lo escoltas y la fiscalición constante hacia Denis Marconato. Ambos obedecen a la falta de referencia anotadora. En el puesto de dos hay un agujero, porque -desgraciadamente- Isaac pasa por un mal momento de forma y Urtasun no acaba de contar. El problema no es tal, pues tanto Sergio Sánchez como Richi Uriz son bases polivalentes (combo guards) que ejercen, se sienten cómodos y juegan bien de dos.

El tema de Marconato es más delicado. Se espera que sea algo que no es. Denis Marconato es un motor diesel, que necesita mucha presencia para aportar mucho. La idea de Laso de jugadores que en pocos minutos sean capaces de rendir bien no va con las características del italiano. Una pena, porque con confianza sería un ancla defensiva perfecta en medio de la zona y podríamos disfrutar de una mecánica de tiro elevada abierta de las mejores de Europa. Pero no, ya no. Ahora es una rémora.

También existe una diferencia abismal entre cuando aparece el juego colectivo y cuando el equipo no se asocia, pero eso lo vamos a dejar para otra ocasión. Esta vez me despido con un proverbio chino: “Amame cuando menos me lo merezca, porque será cuando más lo necesite“. Quizá tengamos que aplicarnos el cuento con el GBC y apoyarle más cuando peor lo esté haciendo.