Siempre que los aficionados del Bruesa subimos a Illumbe lo hacemos soñando con que nuestro equipo haga el partido; ése en el que le sale todo y juega tan bien al Baloncesto que deja sin argumentos a su rival. Si además es uno tan importante como el de Estudiantes, mucho mejor. Cuando luchas por la permanencia esto no ocurre habitualmente, pero cuando pasa… Lo estás viendo y, de repente, de pie, animando como loco, ¿puedes sentirlo? Es como si flotaras. Ingravidez.
Después del partido estuve hablando con unas siete u ocho personas y en todas note ese sentimiento de felicidad, como si estuvieran a punto de despegar. Entonces te acuerdas por que te gusta tanto el basket y te sientes orgulloso de ser de tu equipo y no de uno sólo porque gane habitualmente.
El partido contra Estudiantes fue una gozada porque era vital y el GBC fue mejor en todo.
Fue un día para que los más criticados se reivindicaran. Empezando por Laso. Cuando tienes a gran parte de la opinión pública en contra y, ante un partido tan decisivo, no es fácil templar los nervios y encontrar el mejor camino para tu equipo. Pero el gasteiztarra acertó de pleno en el planteamiento y le ganó por completo la partida a Casimiro. No es sólo que supiera motivar a sus jugadores, sino que sobre la pista el Bruesa fue capaz de anular por completo a su rival. El Estu jugó uno de sus peores partido de la temporada y, en parte, fue por el Bruesa no le dejó hacer lo que sabe.
La defensa del GBC iba siempre un paso por delante del ataque del Estu. Brewer no podía anotar y comenzó a forzar situaciones equivocadas, perdió el timón. Udrih no encontró ni una buena posición de tiro ni gozó nunca siquiera de medio segundo para armar el brazo sin oposión. Iturbe no llegó a tirar. Sólo Suárez cumplió. En la pintura, Wideman fue anulado y Popovic a base de empujones y de lucha apenas encontró algún resquicio.
El trabajo de preparación el partido fue sobresaliente. En ataque el Bruesa sabía dónde hacer daño, buscó y encontró soluciones. La selección de tiro fue siempre correcta. Esto, más el dominio en el rebote, evitó cualquier intento de correr del Estu, que tampoco pudo encontrar rechaces ofensivos, esa batalla también la ganó el Bruesa. Hay que dar la enhorabuena a Laso y al cuerpo técnico, siempre señalados culpables, de todo esto también lo son.
Pero para reivindicación, la de Isaac López y Dennis Marconato. Ambos jugaron su mejor partido de la temporada. Isaac brillando en lo que se ve, estaba en todas partes, anotando, defendiendo, reboteando… Lo ha pasado muy mal últimamente y creo que Illumbe se alegró mucho de verle de nuevo jugar como sabe. Y el italiano dejó una muestra de la dimensión real de su juego. Puntos no, pero sí otras muchas cosas. Lo que pudo haber sido toda la temporada y no fue.
Lo de Andy Panko es distinto, ha sido el mejor del equipo toda la temporada y ahora que el juego del equipo ha crecido, él sigue ejerciendo de líder.
Y es que lo del partido ante el Estudiantes no es ninguna casualidad. De un tiempo a esta parte el juego viene creciendo exponencialmente. Ante el Kalise se perdió jugando un partido serio. Lo el Cai un buen aviso y lo de Fuenlabrada un amago de lo que inevitablemente tenía que pasar, que llegó el día que más falta hacía. El resultado a un trabajo bien hecho.
Si te paras ha pensar, la diferencia entre la gloria de luchar por los play-off y las penurias de los de bajo es una línea muy fina. Granada estaba ahí arriba en la primera vuelta, Cajasol lo ha hecho durante los dos últimos meses y el iurbentia, que hace nada estaba como el GBC, todavía tiene opciones y sueña con entrar. ¿Tan lejos están de Manresa y Fuenlabrada? Son dos o tres partidos, pero la diferencia es que manresanos y fuenlabreños han jugado muy bien al Baloncesto todo el año.
Al Bruesa le ha faltado consistencia en el juego y como equipo para poder mirar para arriba, pero de la zona baja ha sido el más regular. Los altibajos de otros contrastan con un GBC que siempre ha mantenido una distancia prudencial con el auténtico peligro. Parece que sólo el equipo era consciente de su realidad y a lo que ésta le obligaba: la permanencia. En ese sentido, chapeau.
Para poder estar más arriba hay mucho que aprender. Sobre todo el club. También el equipo. Y por supuesto, la prensa y la afición. Todos. Mucho que aprender. Pero para recibir esas lecciones lo primero que hace falta es permanecer en la categoría, un objetivo respetable y nada sencillo. El primer paso.
Una de las primeras lecciones es que para crecer no puedes cargarte cada año a un entrenador y a la mayoría de la plantilla, conservando apenas tres jugadores (es un error que, por ejemplo, le está pasando factura al Cajasol esta temporada).
Pero para estas discusiones tendremos tiempo de sobra cuando se selle definitivamente la salvación. Ahora, quiero conservar por un instante este fantástico sentimiento de ingravidez que hemos tenido durante toda la tarde del domingo.
“Creo mucho en la suerte, pero me he dado cuenta de que cuanto más trabajo más suerte tengo”, Thomas Jefferson.