Arrancamos la semana con una miniserie policíaca que merece una oportunidad y que entendemos que ha pasado bastante desapercibida en la parrilla televisiva. Zen es una obra británica ambientada en Roma que se centra en las investigaciones de Aurelio Zen, un entrañable policía que deberá solucionar asuntos peliagudos con ramificaciones muy controvertidas que alcanzan a las altas esferas de la sociedad italiana. Se trata de un trabajo ameno que atesora una factura técnica más que aceptable, aunque desde mi punto de vista su trama es en ocasiones demasiado farragosa, lo que dificulta la comprensión al espectador. Con todo, Zen merece abandonar la oscuridad porque su propuesta cumple con las pautas de la calidad y el entretenimiento. No es una maravilla, pero su visionado merece la pena.
Ficha: Zen (2011), tres capítulos que rondan la hora y media de duración que se basan en las novelas escritas por el británico Michael Dibdin. Coproducción británica (BBC), alemana (ZDF) e italiana (Mediaset) que en España ha sido emitida por la cadena TNT.
Sinopsis: Aurelio Zen es un detective veneciano que trabaja en la policía de Roma y que deberá investigar casos complejos y corruptos que abarcan diferentes estratos de la alta sociedad italiana: gobierno, iglesia, alta burguesía…
1) Venganza: El primer capítulo de la miniserie fue el más seguido por la audiencia británica con más de seis millones de espectadores, una cifra respetable. Éste arranca con la llegada de nuestro protagonista a Roma dispuesto a investigar un asesinato que podría traer consigo un escándalo político. El asunto se va complicando de tal manera que tanto Zen como el espectador se verán envueltos en una telaraña de la que no será fácil escapar.
Y no será fácil hacerlo porque las garras de la política atraparán a Zen, que deberá sortear la presión de la gente que le rodea como buenamente pueda. Además, a medida que Zen ata cabos se acercará peligrosamente a un gansgter que le viene persiguiendo a él porque clama venganza. Es un episodio de un nivel aceptable aunque, en mi opinión, una de las tramas secundarias es absolutamente surrealista. El personaje de Tania Moretti, la secretaria de la comisaría, también es presentado en este episodio. Su irrupción revoluciona a sus compañeros de trabajo, que preparan una apuesta que la pueden imaginar…
2) Cabal: El segundo capítulo es, desde mi punto de vista, el más completo y el que más atención exige del espectador. En esta ocasión, la muerte de Umberto Ruspanti, un reputado aristócrata, le permitirá a Zen acercarse peligrosamente a una organización tan misteriosa como peligrosa llamada Cabal. El ministro desea una rápida resolución del caso, para lo que se le pide a Zen que extienda la versión del suicidio, pero éste último no está seguro de la versión oficial y trazará su propia senda.
La trama amorosa, el verdadero hilo conductor de la serie, avanzará en paralelo y, aunque guarda alguna que otra sorpresa, me pareció bastante ñoña. Es una lástima que un tema tan universal como el amor sea tratado casi siempre de forma tan simple en las series, pero está visto que en la vida se prefiere optar por la comodidad de la rutina y los tópicos en vez del riesgo de la innovación. Una pena.
3) Ratking: El tercer y último capítulo no es tan rotundo como el segundo, pero tiene algunos detalles interesantes que compensan su visionado. El detective Zen deberá trabajar contra el reloj para salvar la vida de Ruggerio Miletti, un acaudalado industrial que se encuentra secuestrado. La investigación se torna compleja para Zen, que deberá lidiar con las argucias de la familia Miletti, envolventes y sospechosas a partes iguales.
Sobre la relación entre Zen y Tania simplemente les diré, sin revelar el desenlace de la trama, que los problemas que ella tiene con su marido, del que se quiere separar, dificultarán las cosas. La miniserie finaliza de manera optimista, quizá también un tanto simplista, aunque no hay que obviar que desde el primer plano está rodeada de un aroma de ingenuidad. Y ésa es precisamente una de sus características más reseñables. Zen nos dejará un buen sabor de boca. No, no son ostras con champán, pero forma un aperitivo que cumple con su función.
Personajes: Aurelio Zen es el indiscutible protagonista de la serie, un detective en horas bajas que sin embargo es respetado por sus compañeros debido a una cualidad que no abunda en este mundo: la honestidad. El actor británico Rufus Sewell (Londres, 1967), que tiene un aire al portorriqueño Joaquin Phoenix (guiño que, por cierto, aparece en la serie…) elabora una interpretación interesante con un detective perspicaz que se ganará nuestro respeto debido a su inquebrantable código de honor.
Por otra parte, su cuidada estética es digna de llamar la atención y, de hecho, ya ven que ha sido lo que hemos decidido resaltar en el titular. Estamos acostumbrados, normalmente, a conocer a policías un tanto zafarrastrosos que incluso cruzan el límite de la legalidad para beneficiarse personalmente (John Luther, Vic Mackey, Santos Trinidad…). Zen no es así, ya que parece sacado de un catálogo de Armani como pueden comprobar en la imagen inferior.
Caterina Murino (Cagliari, 1977), por su parte, es la encargada de sujetar el reparto femenino de la serie. Su personaje es el femenino mejor construído a pesar de que, en un principio, puedan barruntar que únicamente participa para explotar su innegable belleza. No, no es así. Esta chica Bond (no lo digo yo, ojo, lo dice su participación junto a Daniel Craig en ‘Casino Royale’) será el contrapunto perfecto a la actuación de Zen gracias a su naturalidad. Caterina también participó en ‘Vientos de agua’, una excelente serie argentina que conocí gracias a mi compañero Alberto Moyano (@eljukebox) y que merece un reportaje algún día.
A modo de cebo, colocamos aquí el tráiler de la serie para que se hagan a la idea del menú que hoy les proponemos:
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Lorenzo Mejino/Mikel Madinabeitia