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Lorenzo Mejino

Series para gourmets

ALF: ponga un alienígena en su vida

Disfrutando de los últimos estertores del mes de agosto, hoy vamos a recordar otra serie simpática, pero que debido al carisma de su  personaje protagonista estoy seguro que ocupa un lugar en sus recuerdos de infancia y juventud. Nos estamos refiriendo a ese peculiar bichejo mezcla de oso hormiguero y perro que respondía al nombre de ALF (acrónimo del inglés Alien Life Form, forma de vida extraterrestre) y que era el paradigma del personaje políticamente incorrecto a finales de la década de los 80, dedicándose a torturar a la pobre familia Tanner, que le tenía acogida. Hoy vamos a hablar de Alf y de algunas historias curiosas de la serie, que espero que les interesen.

Ficha: Alf, 102 episodios. Sep 1986- Mar 1990. NBC (USA) La 1 (E).

Sinopsis: Un alienígena del planeta Melmac llamado Gordon Shumway (Alf) tiene un accidente en un viaje interespacial y aterriza en el garaje de una familia de clase media americana, los Tanner. Estos acogen al recién llegado y lo esconden de las autoridades que buscan capturarlo y estudiarlo con fines científicos. Pero ALF no es precisamente un dechado de buen comportamiento, y abusa y gorronea todo lo que puede de su familia de acogida, poniendo su tapadera continuamente en peligro.

Aquí pueden ver la sintonía de la serie de la primera temporada, todo un clásico:


El inicio: A mediados de los años 80 un especialista en muñecos y titiritero, Paul Fusco, tuvo la idea de hacer una serie de televisión a partir de un muñeco que tenía en su garaje y con el que animaba las veladas de sus amigos. A pesar de tan pobre concepto, Fusco unió sus fuerzas con el productor Tom Patchett. Éste le dio forma y un esquema televisivo a la idea y se la vendieron a la NBC, que buscaba alguna comedia un poco mas incorrecta que ‘La Hora de Bill Cosby’, el programa más visto de esa época.

Con la luz verde de la cadena,  Patchett y Fusco finalizaron el diseño del muñeco, dándole su forma final definitiva. Hay que tener que en cuenta que en el año 1986 la tecnología digital estaba en verdaderos pañales y todo tenía que estar basado en efectos mecánicos. Aquí pueden ver a Paul Fusco con su muñeco, al que también le daba la voz en su versión original.

La trama: A partir de la premisa inicial, ALF debe vivir escondido en la casa de los Tanner, para evitar que nadie le vea y pueda ser capturado por las tropas militares que desean estudiarlo y/o diseccionarlo. En cada episodio, ALF forzaba o creaba una situación que complicaba la vida a los Tanner, pero finalmente acababa arreglándose de una u otra manera.

El centro de la serie era el carácter de ALF, bromista empedernido, sarcástico y cínico, que chocaba frontalmente con la existencia plácida pero también anodina de una familia normal en el extrarradio de Los Ángeles. Su picaresca, unida a su capacidad para meterse en líos y follones sin salir de casa, era el epicentro sobre el que giraba la serie, y su visión de las cosas completamente diferente a la ortodoxia habitual era la fuente de los mejores gags.

ALF comía absolutamente de todo y en plan engullidor, pero su plato preferido eran los gatos, y como la familia Tanner tenía uno llamado Lucky, las peripecias de ALF intentando comerse a Lucky eran reminiscentes de las historias del inigualable Coyote persiguiendo al Correcaminos, y como muestra un botón, que finaliza con una gran interpretación por parte de ALF de una de las mejores canciones de Bob Seger, ‘Old times for rock and roll’:

Los guionistas jugaban con el hecho de que, al ser un alienígena, éste podía decir cosas políticamente incorrectas y por ello ALF solía cuestionar muchos de los convencionalismos de la época sin ser tachado de agente subversivo.

Personalmente, recuerdo que uno de los mejores episodios demostraba la contraposición entre los valores de ALF y los tradicionales americanos. Trataba sobre la predilección de ALF hacia un programa horripilante de TV, que era una exhibición de bailes de Polka. ALF, a través de su tecnología alienígena, consigue manipular los audímetros y conseguir que su programa preferido de polkas tenga una audiencia del 100%, lo que obliga de forma inmediata al resto de cadenas a contraprogramar con otros programas de polka inundando las cadenas con programas infumables a través de esa trampa.

Es una anécdota, pero destila una mala baba contra los ejecutivos de las cadenas americanas que otras series más convencionales no se podían permitir.

ALF se convirtió en un verdadero icono popular en todo el mundo y tanto su imagen como sus muñecos se aprovecharon de una gran campaña de mercadotecnia que puso a ALF como un referente de la cultura popular de finales de los años 80.

Los actores: El protagonista principal era un muñeco manipulado por varias personas y al que daba voz su creador, Paul Fusco. El muñeco era principalmente un títere, pero en algunas tomas en que se veía al muñeco entero, (por ejemplo en la secuencia del  primer vídeo que pueden ver en el blog) entonces era un enano actor Mischu Meszaros el que se embutía en el traje y daba vida al personaje.

Este hecho, aunque pueda parecer baladí, era una continua fuente de conflictos con el resto de actores de carne y hueso que daban vida a la familia Tanner.

Los actores encabezados por el padre de familia, Max Wright (un buen actor de teatro nominado al Tony), estaban muy descontentos con el desarrollo de  la serie debido a que los mejores diálogos siempre eran para ALF, y ellos se veían obligados a hacer casi siempre de memos, limitándose a darle réplicas para que ALF se pudiera lucir con frases brillantes.

Si a esto le añadimos la complejidad de filmación de la serie, que obligó a tener el decorado de la casa sobreelevado para que el personal que manejaba a ALF pudiera moverse por el espacio entre el suelo real y el del decorado, creó una increíble tensión en el set de rodaje, entre los actores de carne y hueso y el creador Paul Fusco, que daba vida a ALF.

El sistema de producción obligaba a repetir innumerables tomas, casi siempre por problemas con el muñeco, tema que exasperaba a los actores, que necesitaban el triple de tiempo para rodar un episodio de veintipocos minutos que en una comedia convencional.

La actriz que encarnaba a la madre, Anne Schedeen, llegó a quedarse embarazada al final de la segunda temporada para ver si de esa manera podía librarse de la serie, pero los productores introdujeron su embarazo real en la trama y la familia pasó a tener un tercer hijo para que ALF pudiera tener mas cosas con las que meterse. En el siguiente vídeo pueden ver cómo cambian los créditos iniciales para dar más protagonismo a ALF a partir de la tercera temporada:

En cuanto al resto del elenco, los actores infantiles Andrea Elson y Benji Gregory eran totalmente irrelevantes y se limitaban a interactuar con ALF para darle pie a sus bromas y trapacerías, pero eran muy limitados y de hecho ninguno de los dos ha prosperado posteriormente en su carrera.

El final: El mal rollo entre los actores y los guionistas llegó a su punto álgido en la cuarta temporada, llegando a una auténtica guerra entre unos y otros, provocando retrasos de rodaje, pero las audiencias y el reconocimiento popular seguían siendo muy positivos.

El último episodio muestra cómo el ejercito americano finalmente captura a ALF, y finaliza con el típico ‘continuará’, pero la cadena decidió de forma unilateral cancelar la serie, sobre todo por las increíbles tensiones entre los actores y Paul Fusco que provocaban unos sobrecostes de producción que fueron la excusa perfecta para darle carpetazo.

El año 1996, seis años después de su cancelación, se hizo una película televisiva llamada ‘Proyecto ALF’ para cerrar los temas que quedaron abiertos en la serie, pero sin la participación de ninguno de los actores de la serie, siendo el protagonista el pobre Martin Sheene en un papel alimenticio anterior a ‘El Ala Oeste de la Casa Blanca’, en el que tenia que dar las réplicas a ALF. Un papel que, seguramente, no mencionará en su currículum.

Anécdotas: La vida de Paul Fusco sigue ligada a ALF y, de hecho, sigue viviendo del cuento haciendo de estrella invitada en programas de televisión y reviviendo el papel, una y otra vez. Al poco de estrenar la serie, Fusco ya creó una serie de dibujos animados con ALF y no ha desaprovechado ninguna oportunidad para seguir exprimiendo su particular gallina de los huevos de oro.

ALF, una serie muy famosa en su momento, que no pasará a la historia de las comedias de situación, exceptuando a su personaje principal, un bicho irreverente e iconoclástico, pero que a veces te hacía reír a mandíbula batiente, lo que en mi opinión ya es una razón para dedicarle nuestro espacio, aunque sea en plena temporada vacacional.

Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestras cuentas de Twitter (@jefoce) y (@lmejino). Hasta la próxima.

Mikel Madinabeitia/ Lorenzo Mejino

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Sobre el autor

Series para gourmets nace con la pretensión de ayudar a personalizar su menú televisivo con el panorama mundial de series. Cada lunes hablaremos de series remotas ni estadounidenses ni británicas, no estrenadas en nuestro país. Cada miércoles de series actuales estrenadas aquí y los viernes recordamos series del pasado de la televisión

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