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Lorenzo Mejino

Series para gourmets

The Office: mordaz retrato de las relaciones laborales

The Office (UK) es una serie inocente en la forma pero cruda en el fondo que disecciona sin paños calientes la vida laboral de una empresa cualquiera del siglo XXI. Ricky Gervais, humorista británico que saltó a la fama mundial gracias a este mordaz trabajo, dio en la diana al mostrar todas las miserias que pueblan nuestras oficinas, desde el jefe patético al trepa despreciable pasando por todos y cada uno de los personajes anónimos con los que nos sentiremos identificados. Ya les avisamos que es una serie especial, muy peculiar, que puede provocarles sensaciones encontradas. Pero la radiografía laboral es de antología.

Ficha: The Office (2001-03), dos temporadas de seis capítulos cada una que rondan la media hora de duración más dos especiales de Navidad. Creada por Ricky Gervais y Stephen Merchant, y producida por la BBC. People&Arts la retransmitió en su día en España.

Sinopsis: Feroz descripción de una serie de personajes que trabajan en una empresa de venta mayorista de papel de Londres. El jefe y los diferentes empleados serán minuciosamente retratados por medio de unas reflexiones durísimas que no dejan títere con cabeza respecto a las relaciones laborales.

La trama: The Office arranca en el despacho de David Brent (inconmensurable Ricky Gervais), contestando a una serie de preguntas. En este arranque ya se atisba parte del estilo de este serie y les puedo asegurar que el primer capítulo (los tienen todos en Youtube, en inglés) les dejará tocados. Porque nunca habrán visto nada igual.  

Rodada en estilo de falso documental, la serie intercala escenas de ficción con otras en las que los protagonistas miran a la cámara directamente o de reojo. En algunas ocasiones, incluso, la cámara hace de testigo y se inmiscuye en conversaciones ajenas. Es muy interesante, por tanto, comprobar cómo responde la gente si se siente observada o no. Algo parecido sucede en la vida real, ¿no?

A medida que avance la trama conoceremos cómo funciona la empresa (se trabaja poco, francamente) y, sobre todo, conoceremos las andanzas de cada uno de los trabajadores. Ninguno sale bien parado, y es que todos escondemos pequeñas tragedias en forma de defectos. Lo cierto es que la serie no se anda con rodeos para mostrarnos varios de los pecados capitales del ser humano a través de una serie de personajes bastante ‘frikis’. Todo ello añadiendo unas gotas de drama a un envoltorio en el que predomina la comedia. The Office regala, eso sí, muchas dosis de humor británico. Están avisados. 

Es posible que la obra estuviera muy adelantada a su tiempo, porque destila una mala leche que incomodará a más de uno. En el Reino Unido triunfó desde el primer minuto y, en parte gracias a ello, el boca a oreja (la campaña de publicidad más eficaz que se conoce) fue ganando metros para divulgar la serie a diversos países. Con el tiempo, Estados Unidos, Francia o Alemania realizaron remakes de la serie original. Pero Ricky Gervais no quiso continuar con la serie (que ha sido elegida como la segunda mejor de toda la historia de la BBC) y pronto se embarcó en nuevos proyectos como la aclamada ‘Extras’, una obra de la que ya les hablaremos en el futuro.

The Office es una serie en la que pasaremos vergüenza ajena, en muchas ocasiones nos resultará una rareza, absurda, lamentable y hasta nos frotaremos los ojos ante las cosas que vemos (y oímos), pero ya verán cómo con el tiempo, si demuestran tener paciencia, se familiarizarán con los personajes y almacenarán una serie de reflexiones profundas. Y ése es su verdadero mérito, considero yo: bajo una apariencia simplista, pegar un puñetazo en la mesa.

En este vídeo pueden apreciar parte del patetismo de esta serie (y de uno de sus personajes). Es una escena que resume perfectamente el abecé de The Office:

 

Personajes: Ricky Gervais es el alma máter de la serie. Jefe de la empresa, ridículo e ingenuo, se cree el ombligo del mundo y una persona respetada por sus compañeros de trabajo, cuando en el fondo no lo pueden ni ver. Y ese contraste es una de las sensaciones más notables que perduran en la mente del espectador. Con todo, Ricky realiza una interpretación soberbia, veraz y estrafalaria al mismo tiempo.

Su figura es muy admirada en el Reino Unido, donde se ha convertido en un humorista carismático a pesar de que su estilo corrosivo y sarcástico puede producir heridas. Pero a Ricky no le ha temblado el pulso para liderar proyectos con discursos satíricos y políticamente muy incorrectos.  

Conocida es la polvareda que ha organizado, por ejemplo, con motivo de su papel como presentador en varias galas de los Globos de Oro. Aquí tienen un vídeo de 2011 en el que se aprecian varios de esos comentarios jocosos, que provocaron un auténtico revuelo en un universo tan conservador como el de Hollywood:

 

Por otra parte, el correveidile del jefe es una peligrosa y despreciable fauna que habita en todas las oficinas del mundo. Se reconocen enseguida. Son aquéllos cuya única función es ser la correa de transmisión de su superior, lo que conlleva que tiren su dignidad a la basura. En The Office este papel recae en Gareth Keenan (el actor Mackenzie Crook), que borda su interpretación de personaje sombrío, arribista y carente de encanto. Gareth atesora varios de los momentos más lamentables de la serie, superando si me apuran a los de Ricky Gervais. Todo un personaje a evitar rigurosamente.

The Office cuenta con muchos personajes secundarios más o menos definidos, pero la palma se la llevan Tim Canterbury y Dawn Tinsley, magníficos Martin Freeman y Lucy Davis. Ambos protagonizan una historia de amor diferente, natural, muy alejada de los clichés y con una especial preponderancia a las miradas, bromas y deseos. Desde mi punto de vista, la serie ganaba mucho con ellos y su aportación funcionaba muy bien para contrarrestar las intervenciones de Ricky Gervais. De verdad, una joya de historia de amor. Se acordarán de ella.

   

Las secuelas: Muchos de ustedes habrán entrado en el post imaginando que les íbamos a hablar de la versión americana, la más conocida. Pero, como suele suceder tantas otras veces en la vida, el camino ya estaba abierto por los pioneros (el mérito es de ellos, no lo olviden) cuando el gran público llegó a la serie protagonizada por Steve Carell (ahí lo tienen unos metros más abajo).

The Office USA continúa en activo (ya va por la novena temporada), apoyándose en los mismos patrones de su predecesora. Francia abrió la veda en 2004 con ‘Le Bureau’. Y más tarde llegaron las versiones alemana (‘Stromberg’), brasileña (‘Os Aspones’) y franco-canadiense (‘La Job’). Todas con la misma fragancia de la original. 

Podía haber sido peor: Mi socio Lorenzo Mejino tiene más imaginación para estas cosas, pero la verdad es que se nos ponen los pelos como escarpias al imaginar una versión nacional casposa protagonizada, qué sé yo, por Mariano Peña, el inclasificable Mauricio de ‘Aída’. ‘La oficina’ tendría como secretaria a María Pujalte (de acuerdo, acepto la opción de Loles León) y simplemente abusaría de todos los tópicos televisivos de este país (caca, culo, pedo, pis, básicamente) con la única diferencia de que la serie, estamos convencidos, no tendría ninguna gracia. Como ocurrió con ‘Cheers’…

The Office, esa serie que hace una década revolvió los estómagos de muchos. Considero de obligada visión para cualquier trabajador actual en aras de comprender varias de las pequeñas miserias que nos rodean en el día a día. No les dejará indiferente.

Si quieren mostrar su opinión, sepan que pueden hacerlo aquí o en nuestras cuentas de Twitter (@lmejino) y (@jefoce). Un placer.

Lorenzo Mejino/Mikel Madinabeitia

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Sobre el autor

Series para gourmets nace con la pretensión de ayudar a personalizar su menú televisivo con el panorama mundial de series. Cada lunes hablaremos de series remotas ni estadounidenses ni británicas, no estrenadas en nuestro país. Cada miércoles de series actuales estrenadas aquí y los viernes recordamos series del pasado de la televisión

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