>

Blogs

Lorenzo Mejino

Series para gourmets

House of Cards: destripando las entrañas políticas del Congreso de Washington

House of Cards es un retrato cínico de las maquinaciones del líder demócrata en el Congreso de los EUA para alcanzar sus objetivos políticos. Sin importarle los medios y recursos a utilizar, ha hecho de esta serie una de las sensaciones televisivas del año en curso.

La serie es una visión bastante desesperanzadora pero muy realista de los equilibrios de poder existentes, así como de las ambiciones personales siempre dispuestas a contentar a los grupos de presión existentes en Washington.

La serie no va mejorar su visión de la política al ser testigos de los tejemanejes del congresista Francis Underwood, utilizando a todo el mundo, incluyendo a su mujer, a su antojo para conseguir sus propósitos. La serie tiene además el valor de ser la pionera en iniciar un nuevo sistema de distribución de series, del que les hablaremos más adelante en el artículo.

House of Cards, una serie excelente con una magistral interpretación de Kevin Spacey, es un verdadero plato de gourmets que hoy vamos a tener el gusto de compartir con ustedes.

 

 

 

Ficha: House of Cards, 13+ episodios. Feb 2013-. Netflix (USA), Canal+. (E).

Sinopsis: Francis Underwood, el líder demócrata en el Congreso, es descartado por el nuevo presidente para el cargo de Secretario de Estado que le había prometido durante la campaña electoral. Su venganza será implacable.

El inicio: El año 1990 se estrenó en el Reino Unido la miniserie House of Cards, basada en el libro del mismo título escrito por Michael Dobbs, antiguo jefe de gabinete del Gobierno Conservador de Margaret Thatcher.

La serie, fiel adaptación, describe el ascenso de Francis Urqhart, un diputado conservador, por las procelosas aguas de la Cámara de los Comunes en la era post Margaret Thatcher. En el siguiente vídeo pueden ver la maravillosa primera escena, donde Sir Ian Richardson, el protagonista, nos muestra el camino a seguir con una gestualidad que da miedo:

La serie tuvo un gran éxito de crítica y público en el Reino Unido, llegándose a rodar 12 episodios. En 2008  Media Rights, la productora de películas como ‘Babel’, compró los derechos de la serie para hacer una adaptación americana y consiguió involucrar en el proyecto a David Fincher (segundo por la derecha) , uno de los más prestigiosos directores cinematográficos de la actualidad.

Encargaron el guión a Beau Willimon, (primero por la izquierda) un autor teatral conocedor de la vida parlamentaria americana, cuyo mayor éxito había sido la obra teatral en la que se basó la película ‘Los Idus de Marzo’ de George Clooney. Con este núcleo principal empezó la preparación, reservándose Fincher la dirección de los dos primeros episodios.

 

En 2011 ficharon a Kevin Spacey para el papel principal y empezaron a buscar cadena para su distribución consiguiendo que Netflix, una cadena de pago de distribución de series y películas, se interesara para producir su primera serie original. Netflix encargó 26 capítulos y la novedad es que sacó la totalidad de los 13 capítulos de la 1T de forma simultánea para sus suscriptores, con lo que se podía ver toda la temporada de un tirón si así se deseaba.

La serie ha tenido una gran acogida por parte de la crítica y ha generado muchísimas noticias, siendo muy bien recibida por el público y, sorprendentemente, también por la clase política de Washington como veremos al final del reportaje. En el vídeo pueden ver los créditos de la serie con un paseo por Washington de la mano de la música de Jeff Beal:

La trama: Francis Underwood, el líder de la mayoría demócrata en el Congreso, con un escaño por Carolina del Sur ve sus aspiraciones políticas cercenadas cuando el presidente se desdice de su promesa electoral de nombrarle Secretario de Estado, porque considera que le será más útil en el Congreso en su puesto actual.

Underwood se siente ultrajado por la decisión y toma la determinación de iniciar una conspiración para ascender a las más altas cotas públicas americanas, llevándose a todo el mundo por delante.

Para ello cuenta con la colaboración de su mujer Claire, con la que no tiene hijos y tiene un matrimonio bastante abierto por ambos lados, y de su hombre de confianza Doug Stamper, el chico que todo lo arregla. Además, recluta a una joven y ambiciosa periodista, a la que filtrará de forma controlada todas aquellas informaciones que les interese ver publicadas bajo el epígrafe de fuente anónima, para desacreditar a sus enemigos. Las cuatro piezas principales del rompecabezas las tienen en la foto.

 

La serie nos va mostrando la tela de araña que va tejiendo Underwood, manipulando, haciendo y debiendo favores para ayudar a sus amigos y desacreditar a sus enemigos y seguir su irrefrenable ascensión.

La serie juega de forma efectiva con la identificación del espectador con Underwood, al dirigirse éste continuamente a la cámara, haciéndonos partícipes de sus ideas y pensamientos reales en contraposición a lo que dice a los demás. Este recurso funciona muy bien y consigue poner al espectador del lado de un personaje que, visto fríamente, es un verdadero mal nacido pero que nos gana al hacernos formar parte de su equipo y de sus secretos.

La primera temporada nos va mostrando cómo Underwood, aprovechándose de la periodista, de los contactos de su mujer y de un pobre congresista toxicómano, va allanando su camino hacia las más altas cotas.

La serie desgrana paso a paso sus intenciones, que aunque a veces se ven obstaculizadas por imprevistos acaba solventándolos para seguir con paso firme, aplastando a todo el mundo. La relación con su mujer ocupa el segundo eje principal de la serie, donde tiene una relación más de amigos y colegas que no puramente sexual. Un aspecto interesante que la serie estudia a fondo, como muestra el siguiente vídeo:

House of  Cards no nos da una visión positiva de la política, nos la muestra como una especie de mercado persa donde todo se vende, se compra y se puede negociar, y las posturas y principios duran lo que un comunicado de prensa. En este sentido, se aleja mucho de la visión más idealista y positiva que nos daba ‘El Ala Oeste dela Casa Blanca’, donde la ética y la moral del presidente eran intachables, como una especie de cruzada contra el mal.

House of Cards es todo lo contrario, nos muestra una jungla donde sólo el más fuerte y el más hábil sobrevive, y todos se esfuerzan por acuchillar a su espalda al amigo y al enemigo a la menor oportunidad. Pero también, a diferencia de ‘Boss’, hay un cierto rasgo de ironía y humanidad que lo hace más digerible que las andanzas del despiadado alcalde de Chicago, del que les hablamos recientemente.

La serie es realmente espléndida y la mano cinematográfica de Fincher se nota en el tono y filmación, con una producción estelar donde no se han escatimado recursos para hacerlo lo más veraz posible.

Personalmente, la considero la  mejor novedad de este año junto con ‘The Americans’ (todavía no estrenada en nuestro país) y el entretenimiento que nos proporciona ir a lomos de Kevin Spacey como parte de su equipo es de lo mejor que podemos disfrutar estos días. Conseguir que la audiencia se identifique con un personaje tan amoral y abyecto como Francis Underwood tiene un merito enorme, que debemos valorar en su justa medida. El siguiente vídeo nos muestra las frases lapidarias que Kevin Spacey dice a cámara, una de las claves de la serie:

No voy a extenderme mucho más para no revelarles ninguno de los secretos y giros argumentales de su primera temporada,  pero sí recomendarles encarecidamente su visionado para conocer el lado oculto de Washington, para saber realmente lo que se mueve entre bambalinas.

En España la serie se ha estrenado en formato habitual con un capítulo semanal, finalizando recientemente su primera temporada, de la que pueden ver el tráiler en el siguiente vídeo:

Los actores: No vamos a descubrir nada diciendo que la interpretación de Kevin Spacey como Francis Underwood es el pilar principal de la serie. Tengo que reconocer que no era fácil seguir los pasos de sir Ian Richardson en este papel, pero Spacey lo ha conseguido manteniendo las esencias del personaje y aportando cosas, como ese magnífico acento sureño con el que lo interpreta y ese aire cínico y de colegueo con el que se dirige al espectador.

Spacey tuvo su primer papel importante en la televisión como villano en una gran serie llamada ‘Wiseguy’, y luego se pasó al cine llegando a la cima con ‘Seven’, precisamente con David Fincher, y con ‘Sospechosos Habituales’ y ‘American Beauty’, entre muchos otros trabajos.

Con esta interpretación, Spacey se ha convertido en un gran candidato para arrasar en los premios de actores de este año, junto con su mujer en la ficción: la espléndida Robin Wright.

 

Wright tuvo un inicio fulgurante de su carrera como actriz con el papel protagonista de ‘La Princesa Prometida’ o en ‘Forrest Gump’, pero luego y a raíz de su matrimonio con Sean Penn su carrera entró en barrena y pasó a pasar casi desapercibida. Curiosamente, y a partir de su divorcio en 2010, su carrera ha vuelto a remontar con películas como ‘Moneyball’, y sobre todo su papel en esta serie.

Wright esta increíblemente bien como la ambiciosa mujer del congresista, una especie de Lady Macbeth al que apoya con todas sus fuerzas, lo que no le impide tener su propia vida profesional y personal alejada de su marido. No perder la cara  en la pantalla al lado de Kevin Spacey es una tarea difícil, pero Robin Wright lo cumple con creces y es un verdadero placer verla de nuevo en papeles a su medida.

 

Michael Kelly es Doug Sampter, el ‘fontanero’ de Francis Underwood. Como persona de confianza, es el encargado de realizar la parte sucia de los planes de su jefe, traspasando la ley si es necesario, siempre protegiendo a su jefe. Kelly cumple muy bien con un papel menos agradecido que el de su jefe, ya que no deja de ser la mano ejecutora, sin que podamos tener la empatía con él que nos da Underwood.

Kelly destacó en ‘Generation Kill’, dio un paso atrás con el bodrio que era ‘Mentes Criminales. Conducta criminal’ y aquí ha conseguido un reconocimiento que lleva  muchos años buscando.

El papel de la joven periodista ambiciosa, dispuesta a todo por una exclusiva, recayó en Kate Mara. Consiguió el trabajo gracias a la ayuda de su hermana más famosa Rooney Mara, que era amiga de David Fincher.

 

Mara es el personaje más débil de la trama, como una periodista quasi becaria que, gracias a su asociación con Underwood, asciende de forma fulgurante el escalafón periodístico con las filtraciones interesadas de su contacto. El precio que paga puede ser muy elevado y la forma en que intenta aprovecharse de la situación no hace que el espectador le tenga mucha simpatía, ya que olvida que tan rápido como ha subido puede bajar.

Corey Stoll es Peter Russo, una persona tan desastrosa que el mayor misterio es cómo semejante patán ha llegado a ser congresista. Russo es un alcohólico, drogadicto, poco inteligente y frecuentador de chicas de compañía. Underwood utiliza a semejante desecho como un peón muy importante  en sus planes y éste se presta a la mascarada, desconociendo las consecuencias.

 

Stoll es otra de las revelaciones de la serie, transmitiendo perfectamente la piltrafa de personaje público que es. El actor no era muy conocido antes de esta serie, con un único papel importante en una de las múltiples secuelas de ‘Ley y Orden’.

Curiosidades: La serie ha tenido tal éxito entre la clase política que este año la cena de corresponsales de la Casa Blanca, uno de los eventos más importantes del año, al que siempre asiste el presidente, contó con la colaboración de Kevin Spacey para hacer un vídeo basado en la serie. En él se muestran las manipulaciones del ficticio Underwood para poner a la gente en las mesas de la cena, interactuando con multitud de congresistas y senadores reales que le piden favores para sentarse con alguien o que lo sienten con él, y le han llamado House of Nerds (como esta palabra sale en el reality ‘Corina’, ni la voy a traducir).

El vídeo es realmente magnífico y, aunque siento que no haya una versión subtitulada, la calidad del mismo merece ser vista en versión original:

Es de alabar el sentido del humor y de la autocrítica que tienen por aquellos lares para hacer un producto semejante, que la verdad me es imposible de imaginar por nuestros andurriales.

La primera temporada dejó muchos temas abiertos que se desvelarán el año que viene, cuando Netflix estrene los 13 capítulos de la misma manera. Hasta entonces, recomendarles su visionado a aquellos de ustedes que no la hayan visto. La visión política que nos ofrece nos puede ayudar a entender muchas cosas que nos están pasando en la actualidad, aunque sea vista por el prisma de los EUA.

Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestras cuentas de Twitter (@jefoce) y (@lmejino). Hasta la próxima.

Mikel Madinabeitia/ Lorenzo Mejino

Propuestas para su menú televisivo

Sobre el autor

Series para gourmets nace con la pretensión de ayudar a personalizar su menú televisivo con el panorama mundial de series. Cada lunes hablaremos de series remotas ni estadounidenses ni británicas, no estrenadas en nuestro país. Cada miércoles de series actuales estrenadas aquí y los viernes recordamos series del pasado de la televisión

Entradas recientes


mayo 2013
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031