El final del siglo XX fue una de las épocas más oscuras para los dramas de la BBC que tuvieron una profunda crisis, al no saber gestionar el relevo de la primera gran generación de guionistas ingleses como Dennis Potter, Andrew Davies o Lynda LaPlante entre otros, con sabia fresca que supiera recoger los cambios de la sociedad británica en todos los sentidos.
Con el cambio de siglo se produjo un cambio de régimen en la BBC, que tomó la decisión de apostar por jóvenes guionistas, provenientes casi todos ellos de las salas de guionistas de los inacabables culebrones británicos, por lo que conocían el medio en profundidad, para darles carta blanca para escribir con su propia voz y renovar la escena televisiva británica.
De esa decisión se aprovecharon gente como Steven y Paul Moffat, Sally Wainwright, Paula Milne, Jimmy McGovern, Russell T. Davies o nuestro autor de la serie que les vamos a analizar hoy Paul Abbott, que con uno de sus primeros trabajos “State of Play” consiguió un enorme reconocimiento que aprovechó para sus posteriores trabajos, así como para validar la apuesta por las nuevas caras de la BBC que se han convertido en auténticas estrellas en la actualidad.
Ficha: State of Play 6 episodios May 2003 – Jun 2003 Cadena: BBC(UK) – Editada en DVD con doblaje latinoamericano ( España)
Sinopsis: El asesinato de un joven adolescente, aparentemente relacionado con un asunto de drogas, empieza a ser investigado por tres periodistas de “The Herald” , que poco a poco van descubriendo una enorme trama de corrupción que afecta a políticos y poderosos hombres de negocios con múltiples ramificaciones que les van a desbordar por completo
El inicio: Paul Abbott es un guionista que llegó al mundo de la escritura, como una especie de terapia de su tormentosa vida adolescente donde fue abandonado por sus padres y criado por su hermana mayor de dieciséis años, tras incluso varios intentos de suicidio a temprana edad.
Precisamente su mayor activo han sido esas vivencias personales tan duras que le han marcado de por vida y que no tienen nada que ver con las habituales formaciones elitistas de Oxford o Cambridge de la gran mayoría de guionistas que trabajaban en la BBC.
Despuntó desde muy joven y a los 24 años, consiguió un buen contrato para trabajar como guionista en el venerable culebrón Coronation Street, de donde salió para trabajar en dos grandes series como “Cracker” a las ordenes de Jimmy McGovern y con su primera creación propia “Clocking Off” que le valió su primer BAFTA a la mejor serie, todas ellas con una fuerte componente de crónica social de las clases más desfavorecidas.
Con la entrada del nuevo siglo, Abbott recibió el encargo directo de hacer una miniserie para la BBC, para probar en un genero como el thriller que no había tocado hasta ese momento y decidió que un misterio que implicara a periodistas, policías y políticos podía ser el marco ideal para iniciarse en ese nuevo campo.
Su carrera despegó en ese momento y siguió en lo más alto, gracias al estreno el año siguiente de “Shameless” su obra más personal y conocida, basada someramente en sus desgraciadas experiencias infantiles y juveniles, a la que siguieron otras obras reputadas como “Exile”, “Hit and Miss” o la actual “No Offence”, todas ellas con el toque Abbott, diferente a todo.
Aquí tienen el trailer de la serie
La trama: Paul Abbott ha planteado “State of Play” como un thriller de una enorme complejidad en el que el espectador es llevado de la mano desde el punto de vista de los periodistas de investigación del diario que van descubriendo capa a capa la complejidad que se escondía tras un aparente asesinato rutinario de un joven camello.
El centro de las operaciones es el diario “The Herald”, con el periodista estrella Cal Mcaffrey ( John Simm) un sabueso resabiado de la vieja escuela que remueve las piedras y busca en todos los sitios para descubrir la verdad de las historias que investiga. En este caso cuenta con la ayuda de dos jóvenes periodistas Della ( Kelly McDonald) y Dan ( James MacAvoy) que aportan el entusiasmo y la ilusión que ya le empiezan a faltar, bajo la supervisión de Cameron ( Bill Nighy) el típico editor con el colmillo retorcido .
El creador no nos proporciona más información de la que tienen los periodistas en cada momento, en especial cuando las cosas se van complicando al encontrar una relación de ese caso con Stephen Collins ( David Morrissey) un parlamentario estrella, a base de tirar de la manta y dejando con los pies desnudos a muchas personas importantes.
La tercera pieza del entramado es el policía encargada de investigar el caso, encarnado por el detective Bell (Phillip Glenister) que choca frecuentemente con los periodistas por conflictos de intereses en torno a las informaciones que encuentran y comparten y las que no.
La historia es plenamente adictiva, cuando los aspectos políticos, periodísticos y policiales, empiezan a interaccionar y a hacer la bola de nieve cada vez más grande, con el peligro añadido de que se puede llevar a todos por delante, como pueden comprobar en el siguiente trailer.
No les voy a contar muchos más detalles, excepto avisarles del gran numero de giros y sorpresas que tiene, que les van a dejar con la boca abierta, ayudados por un reparto que solo viendo los nombres se habrán percatado de lo conocidos y famosos que son todos ellos en la actualidad quince años después de su primer papel importante que fue precisamente en “State of Play”.
“State of Play” es una serie excelente desde todos los puntos de vista, pero al no haber sido emitida ( o por lo menos no me consta, a pesar de haber sido editada en DVD una versión con doblaje latinoamericano) en nuestro país, sigue siendo una gran desconocida para muchos de ustedes, que como mucho la habrán conocido por la película estadounidense basada en la misma que no le llega ni a la suela del zapato, como veremos más adelante.
Ver como Abbott va tejiendo su trama como una pequeña obra de orfebrería es un verdadero placer para cualquier amante de los thrillers políticos, desde el principio hasta el final, sin prisa pero sin pausa. Su influencia es patente en idolatradas series actuales como “House of Cards”, como queda patente en la primera escena de esta miniserie que seguro que les va a recordar un conocido plagio de la misma muy reciente.
Recorremos un enorme camino en los escasos seis episodios que dura la serie, abducidos por una historia muy bien escrita por Abbott y perfectamente dirigida por otra joven promesa por aquel entonces, David Yates, que se ha pasado al cine para dirigir entre otras las últimas cuatro entregas de la saga de Harry Potter, otra muestra del inmenso talento que estuvo en la miniserie tanto delante como detrás de las cámaras,
Los actores:
John Simm y David Morrisey eran dos jóvenes actores con una modesta trayectoria cuando fueron elegidos por Paul Abbott, para encarnar al periodista Cal y al parlamentario Stephen Collins, respectivamente. Ambos habían trabajado para el creador en su primera serie “Clocking Off” y en el caso de Simm, incluso en la previa “Crackers”, por lo que decidió confiar en ellos por saber de lo que eran capaces y que no le iban a decepcionar a pesar de no ser muy conocidos para el gran público
El acierto de Abbott fue evidente, al conseguir ambos unas magnificas interpretaciones que los subieron a la zona noble del escalafón británico donde siguen en la actualidad, siendo conocidos a ambos lados del océano, con David Morrissey alternando memorables villanos como el gobernador de “The Walking Dead” , con miniseries en su país como “The Driver”, “The 7:39” o la recordada “Red Riding”.
Simm ha tenido una gran carrera en su país, protagonizando grandes miniseries como “The Village”, “Mad Dogs”, “Code of a Killer” , “Exile” o “Life on Mars” , pero sus incursiones al otro lado del océano no han tenido el mismo nivel como en la recientemente cancelada “The Catch”.
La gran revelación de la serie fue la joven escocesa Kelly McDonald, como la periodista Della, en la que pueden ver en la foto junto a su editor en la ficción Cameron Foster, interpretado por el gran Bill Nighy. McDonald debutó con un pequeño papel en “Trainspotting”, pero no fue hasta este papel que no empezó a despuntar , lo que le valió ganar dos años más tarde el Emmy a la mejor actriz secundaria en miniserie o pelicula televisiva por “The Girl in the Cafe”, coprotagonizada precisamente por Bill Nighy y dirigida por David Yates, todos ellos provenientes de “State of Play”.
Su papel más conocido ha sido como la dura protagonista irlandesa Margaret Thompson de “Boardwalk Empire”, para verla recientemente en uno de los episodios de Black Mirror.
Bill Nighy era el más veterano del reparto, con constantes presencias en cine y televisión desde la década de los ochenta, teniendo su primer éxito en 1991 con la serie “The Men’s Room” y su presencia era ideal para apuntalar a los actores menos experimentados, como el editor del diario.
Nighy es recordado por muchos personajes secundarios posteriores como en la popular “Love Actually” o más recientemente como un villano irreconocible en la saga de “Piratas del Caribe”.
Más desconocido era otro actor escoces James MacAvoy ( der) que empezó como una minúscula parte del enorme reparto de “Band of Brothers” y que tuvo el primer espaldarazo a su carrera como un joven periodista sin muchos escrúpulos en esta serie. Tras ella siguió a su creador en su nueva serie “Shameless” durante dos años, para dar el salto al cine de donde no se ha apeado, convirtiéndose en un actor de los más codiciados, con papeles en “Wanted” y sobre todo en la saga de X-Men como el joven profesor Xavier.
Otro gran secundario siempre ha sido Benedict Wong ( izq), especializado en hacer el asiático de turno en múltiples series y películas, en este caso tenía un papel minúsculo en la redacción del periódico, pero aprovechando que salía en la foto, le puedo dedicar unas lineas, a un actor que era lo mejor y de lejos del bodrio que era “Marco Polo” donde hacía un excelente Kublai Kahn.
Por último mencionar la siempre bienvenida presencia de otro gran actor como Phillip Glenister como el irascible detective Bell, a donde llegó tras protagonizar “Clocking Off” que como pueden ver es un lugar común para mucha gente en esta serie.
Su mayor espaldarazo le vino al protagonizar la mítica serie “Life on Mars” y su secuela “Ashes to Ashes”, con su gran amigo John Simm, con el que bromea diciendo que por contrato está obligado a trabajar por lo menos una vez al año con él, como hicieron posteriormente en “Mad Dogs”. En la actualidad lo podemos ver como el reverendo en la adaptación serial del cómic “Outcast”, bastante mediocre debo añadir.
El final y la pelicula:
Los directivos estuvieron tan impresionados tras el primer visionado de la miniserie que le propusieron la renovación a Abbott antes incluso de su emisión, pero a pesar del éxito que tuvo su 1T, nunca llegó a ver la luz, básicamente porque la propia autoexigencia de Paul Abbott, le impedía encontrar una nueva historia que funcionara al mismo nivel , por lo que en una muestra de honradez poco habitual, se vio incapaz de cumplir el encargo y renunció al mismo.
Tras su estreno en la BBC, la serie atrajo la atención de muchos productores de Hollywood para hacer su adaptación cinematográfica, cosa que Abbott, nunca vio muy clara por la imposibilidad de compactar su historia tan densa de seis horas, en las dos horas de una película.
Finalmente una generosa oferta de siete cifras, le hizo cambiar de opinión, aunque declinando toda responsabilidad sobre el producto final, que pasó por las manos de muchos guionistas ( entre ellos Peter Morgan (The Crown)) e innumerables reescrituras hasta convertirse en un thriller con actores conocidos como Ben Affleck , Russell Crowe, Rachel McAdams o Helen Mirren al frente de la misma
La pelicula no era mala, pero la americanización de la historia jugo en su contra, en especial para los que habíamos disfrutado el original británico, pero por lo menos si que se estrenó en nuestro país con el nombre de “La sombra del poder” y la historia era similar aunque mucho más recortada y comprimida, como pueden comprobar en el trailer.
Epílogo:
Si son fans de las series británicas y no conocían “State of Play”, ya tienen imperiosos deberes veraniegos, porque la historia a pesar de tener quince años, se conserva tan fresca y trepidante como el primer día, ademas del interés que representa ver a actores tan conocidos en la actualidad en el papel más importante de sus incipientes carreras. Les puedo asegurar que van a ser seis horas de su vida perfectamente invertidas.
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Lorenzo Mejino