Las series antológicas de cuentos o relatos independientes fueron uno de los géneros más importantes en las primeras décadas de la televisión con recordados títulos como “Alfred Hitchcock presenta” o “La Dimensión desconocida”.
Tras desaparecer de las pantallas durante muchos años, en los años ochenta la entrada en la producción original de series de HBO inició un cierto resurgimiento con títulos como “El autoestopista” que es el que le vamos a presentar hoy, al que siguió “Amazing Stories” de Steven Spielberg para la NBC y más adelante en la propia HBO con “Tales from the Crypt”.
La razón que nos ha inducido a recordar este título ha sido otro renacimiento repentino de este formato con el estreno casi simultaneo de series como “Room 104”, “The Guest Book”, “Easy” o “Dimension 404” todos ellas ( excepto en algún episodio suelto) pálidos reflejos del pasado que intentan aprovecharse del éxito cosechado por “Black Mirror” la única que ha conseguido captar el espíritu de las series antológicas originales.
“El autoestopista” tiene el aliciente de mostrarnos trabajos desconocidos de escritores como George R.R Martin o directores de fama como Roger Vadim o Paul Verhoeven. La serie tuvo un buen recorrido en muchos lugares del mundo incluyendo el nuestro, donde fue una de las primeras series emitidas por Canal +, atrayendo la atención de muchas personas, aunque ya les puedo avanzar que ha envejecido fatal en todos los sentidos, como les vamos a analizar a continuación.
Ficha: El autoestopista ( The Hitchhiker) 85 episodios 1983 – 1991 HBO/ USA Network (USA) – Canal + (E)
Sinopsis: Un misterioso y enigmático personaje al que conocemos exclusivamente como el autoestopista, va vagando sin rumbo por diferentes lugares a donde llega tras hacer autostop. En cada nueva parada nos introduce la historia que vamos a presenciar, en ese lugar plagado de misterios y sorpresas, del que al final nos extrae una moraleja antes de proseguir su camino.
El inicio:Riff Markowitz ( izq) era un productor nacido en los EEUU, pero que desarrolló toda su carrera en Canadá, que tras producir diversas películas y series de bajo coste, decidió aventurarse en el terreno de la televisión de pago siendo el cofundador con otros socios del canal de pago First Choice, que nacía como una especie de HBO a la canadiense, al no tener el gigante norteamericano licencia para emitir al norte del paralelo 48.
En su búsqueda de contenidos para ese nuevo canal, entró en contacto con Lewis Chesler (der) un joven guionista canadiense que quería desempolvar el formato de la serie antológica, que les encajaba a la perfección en su idea de desarrollo del canal.
Lo primero que hicieron fue asociarse con HBO que había tomado la decisión de empezar a producir series originales de una forma cautelosa en régimen de coproducción como hicieron con una productora británica para el estreno de “Phillipe Marlowe, private eye” su primera serie original.
A HBO el formato antológico de media hora, le venía de perlas para rellenar espacios muertos entre películas que seguía siendo su negocio principal y probar con poco riesgo su primera fase de expansión.
A las dos cadenas de pago se añadió un tercer socio francés, para asegurar las ventas al viejo continente, para encargar una primera temporada de solo tres capítulos con tres historias independientes, para lo que ficharon al tercer creador de la serie Richard Rothstein ( foto sup), para pulir el concepto y firmar dos de los tres capítulos, El tercero lo firmó un debutante Jeph Loeb, que en la actualidad se ha convertido en un famoso autor de cómics y en el director de la división televisiva de Marvel, que nos inunda con todo tipo de superhéroes desde Netflix y otros lugares.
El éxito de la corta primera entrega sorprendió a todos los socios, que no dudaron en encargar rápidamente una segunda, pero con el cambio importante del actor que interpretaba al autoestopista original Nicholas Campbell, que solo apareció en los tres primeros capítulos, como pueden comprobar en el primer vídeo, donde sale el actor original
Ninguna de las carreras de los tres creadores ha tenido mucha importancia tras la serie, con curiosos desarrollos posteriores como el de Markowitz convertido en un presentador de un cabaret de variedades, Chesler ha acabado especializado en producir decenas de películas televisivas navideñas, mientras que Richard Rothstein fue el creador de la saga cinéfila del “Soldado Universal” que no es que sea para lanzar cohetes precisamente.
La trama: “El autoestopista” no tenía el esquema habitual de una serie clásica ya que no tenía sala de guionistas y funcionaban como encargos de películas independientes de media hora con equipos separados, en especial en sus primeras temporadas.
Los capítulos debían tener una estructura similar, que empezaban por una escena donde nos presentaban los personajes principales y el inicio del conflicto o misterio, para dar paso a su contacto fortuito con el autoestopista que llega a ese lugar y que dirigiéndose directamente a la cámara nos explica algún pensamiento filosófico o dilema moral sobre la historia que veremos a continuación.
Nuestro anfitrión ya no vuelve a aparecer hasta la última escena para hacernos un resumen con moraleja de lo que acabamos de ver. El tono preferido de las historias era el de thriller erótico, que permitía introducir generosos desnudos en diversas escenas para aprovechar las ventajas en ese sentido que tenía la cadena de pago HBO, junto con abundantes dosis de violencia y profanidades, prohibidas en las cadenas convencionales.
En esa época supuso una cierta revolución porque no existía en televisión, una serie que fuera tan explicita en temas de sexo y violencia, lo que atrajo la presencia de directores europeos como el neerlandés Paul Verhoeven para realizar su primer trabajo en los EEUU, que le abrió las puertas, como él mismo ha reconocido, para dirigir al año siguiente Robocop. En el vídeo pueden ver el episodio, un thriller erótico pura marca Verhoeven con la presencia de Peter Coyote como un director debutante que quiere sacar lo máximo de su protagonista en un slasher.
En muchos casos se lo jugaban todo a la carta de la sorpresa del final del episodio, donde intentaban dejarnos c0n el pie cambiado y sorprendidos, perdiendo esa capacidad con el paso de las temporadas, puesto que los espectadores conocíamos mejor la estructura y cada vez más era más predecible adivinar el giro sorpresa viendo lo que habíamos presenciado, aunque solo fuera por buscar la opción más inverosímil que era la que siempre acababa saliendo.
Ya hemos comentado que la serie fue una cantera increíble para muchos reputados guionistas y directores actuales, como es el caso de George R.R, Martin que consiguió su primer crédito audiovisual como el autor de un relato corto que fue llevado a la pantalla en la 2T de la serie, una historia de un tórrido romance entre un “yuppy” noventero y una ex-hippy, con consecuencias inesperadas para ambos, como pueden comprobar en el vídeo siguiente.
La principal ventaja y el gran inconveniente de “El Autoestopista” era su absoluta impredicibilidad, que le hacía ser capaz de lo mejor y de lo peor en capítulos consecutivos, como claro ejemplo de esa falta de control o de un showrunner que intentara corregir los errores.
Por eso al lado de finales brillantes y totalmente inesperados, teníamos capítulos indignos hasta de ser emitidos en el vídeo del tren de la bruja, mal escritos y peor interpretados con esa tendencia aumentando cada vez mas.
Personalmente me gustaron bastante los capítulos iniciales, para ir perdiendo el interés a medida que llegaban los rellenos insustanciales, por lo que empecé a seguir un método infalible, que era grabar el episodio, empezar a ver los títulos de crédito con los actores, guionista o director y la primera escena,
Con esta información ya me podía hacer una idea de continuar o no con el visionado, convirtiéndose en una especie de juego particular que a lo mejor me permitía descartar cinco de cada seis episodios en una tirada,
Como agravante teníamos además la presencia del autoestopista que cada vez era más redundante y cargante puesto que iba derivando hacia leer consejos de galletas chinas de la suerte, con tópicos mil veces escuchados y que acababan molestando más que aportando.
Los actores:
Este tipo de series no tiene actores fijos, con una rotación completa en cada episodio, por lo que en este apartado el único que se puede mencionar es Page Fletcher, un actor canadiense que consiguió su máxima popularidad con esta serie, en la que se limitaba a aparecer en dos ocasiones, una al principio y otra al final, recitando su monologo directamente a cámara, sin interaccionar ni interferir con la historia, por lo que es imposible discernir su calidad como actor con este papel tan esquemático
Su carrera posterior es casi inexistente saliendo en algunas series de su país como estrella invitada, o protagonizando una infausta miniserie llamada “Robocop: Prime Detectives”, para retirarse en 2002, por lo que es más probable que se lo encuentren vagando haciendo dedo en alguna carretera de su país que en una pantalla televisiva.
Como nota a pie de pagina, debemos mencionar al pobre Nicholas Campbell que solo duró tres episodios como el vagabundo de la carretera, para ser substituido por Fletcher tras el piloto, por razones que desconozco, pero que ha tenido una carrera mucho más importante que la de su sucesor.
Con el tiempo Campbell se ha convertido en uno de los actores más populares de Canadá, con múltiples premios Genie ( El Emmy canadiense) en su poder, siendo un actor habitual en las películas de su compatriota David Cronenberg, ademas de protagonizar series de cierta fama como el forense DaVinci en “DaVinci’s inquest” que duró siete temporadas, llegando a emitirse en nuestro país. En la actualidad sigue apareciendo en casi todas las series que se ruedan en Canadá.
El final:
El bajón de calidad hizo que HBO cancelara la serie tras su 4T cumplida su función inicial de introducirse en la ficción original para acometer proyectos más ambiciosos, pero sus abundantes ventas a muchos paises hizo que sus productores intentaran seguir con el negocio, por lo que engatusaron a una cadena tan carroñera como USA Network para continuar la producción de la serie, pero con un formato mucho más ligero y adaptado a las restricciones del cable convencional, ademas de producir el doble de episodios por temporada.
Tras un hiato de dos años, empezó la emisión de la 5T que siendo generosos fue un auténtico desastre, con unas historias aburridas sin ningún aliciente y despojadas del factor diferencial del sexo y la violencia con una calidad equiparable a otras “joyas” de la cadena como “Silk Stalkings” o “Pacific Blue”.
Tras dos temporadas en que produjeron bastantes más episodios que en las cuatro temporadas anteriores, decidieron cancelar la serie para evitar una degradación todavía más excesiva.
De todas formas la serie fue reeditada cortando las partes eróticas y violentas para permitir su emisión en sindicación, incluyendo un nuevo montaje con Page Fletcher en los tres episodios originales para ganar en continuidad, que es la que vemos todavia en algunas televisiones locales como relleno de madrugada, donde sigue subsistiendo en la actualidad
Epílogo:
“El Autoestopista” tiene más importancia por su papel en la historia de HBO que por sus méritos propios, por lo que no debe extrañarnos lo mal que ha envejecido en todos los aspectos, en un genero en el que estamos más que resabiados c0n todo lo que hemos visto en nuestra vida televisiva, por lo que sus sorpresas nos parecen ahora ridículas.
Hoy les vamos a dejar con su inacabable cabecera, larga a más no poder, para lo que nos presenta y que recuerdo que me hizo descubrir las maravillas del botón de fast-forward en la reproducción de vídeos.
Esperamos que les haya gustado la selección y si desean exponer sus opiniones y comentarios, lo pueden hacer aquí o en nuestra cuenta de twitter (@lmejino). Hasta la próxima
Lorenzo Mejino