Hace pocos días un lector me preguntaba las razones por las que no había escrito ninguna reseña sobre ‘Star Trek’ o alguna de sus secuelas, en toda la historia del blog. La respuesta es que no había ningun motivo, creía erróneamente que había escrito sobre la serie original en los primeros años del blog, en una clara traición de mi memoria.
Por suerte todo es subsanable, por lo que nada mejor que empezar con la serie original que sin lugar a dudas ha sido una de las series más importantes de la historia de la televisión.
Esa importancia no es tanto por su valor intrínseco, sino por ser el inicio de un imperio televisivo y cinematográfico que puede rivalizar con otras sagas como ‘El señor de los Anillos’ o ‘La guerra de las galaxias’, pero que a diferencia de todas ellas nació en una modesta serie televisiva, que ha creado una auténtica legión de fans y seguidores ( los ‘Trekkies’ ) con más de cincuenta años de existencia.
Teniendo en cuenta el gran numero de series derivadas del universo original ‘Star Trek’ me ha parecido conveniente tras empezar con la original, ir haciendo diversas entregas a razón de una entrada mensual, para cubrir todo ese arsenal de series, para finalizar hacia los meses veraniegos con una visión de las actuales entregas en emisión.
Ficha: Star Trek 79 episodios ( 3T) Sep 1966- Jun 1969 Cadena: NBC (USA)- la 1 (E)
Sinopsis: En un futuro lejano del siglo XXIII, la nave espacial Enterprise está navegando en una misión exploratoria de cinco años para conocer los confines de la galaxia y alcanzar lugares y descubrir civilizaciones a las que ningún hombre había llegado antes.
Al mando de la misma está el capitán James T.Kirk como comandante en jefe de la misión, con la ayuda de su mano derecha, Spock un oficial de la hierática raza vulcaniana y de su persona de confianza, el doctor Leonard McCoy,
En sus viajes se van a enfrentar a numerosos tipos de amenazas en los lugares visitados que irán solventando gracias a la armonía y el trabajo en equipo de una tripulación multirracial tanto de origen como de color.
El inicio: Gene Rodenberry fue un piloto militar y comercial durante su juventud. Al llegar a la treintena decidió abandonar sus vuelos para perseguir su sueño de escribir para ese nuevo medio que empezaba a despuntar a finales de la década de los cuarenta que era la televisión.
Al principio lo tuvo que compatibilizar con un trabajo de agente de tráfico para poder pagar las facturas, pero pronto consiguió un trabajo de asesor policial en una serie, lo que le abrió las puertas para conocer productoras y empezar a vender sus guiones por libre.
Tras pasar toda la década de los cincuenta escribiendo guiones para series policiales o westerns, a principio de los sesenta puedo crear su primera serie ‘The Lieutenant’ que apenas duró una temporada en antena.
Rodenberry siempre había deseado crear una especie de western espacial, donde poder unir sus dos géneros preferidos y tras ese fracaso de su primera serie, decidió escribir algún concepto que desarrollará esa idea.
Tras escribir un primer borrador, empezó su peregrinaje por diferentes cadenas y productoras, con una negativa perpetua por respuesta, hasta que llegó a Desilu, la productora de Lucille Ball y su gran éxito ‘I Love lucy’ que en lugar de comprarle el guión, lo contrataron como productor para desarrollar proyectos.
Desde dentro y tras ver como su primer piloto era rechazado, Rodenberry decidió intentarlo de nuevo con su idea de ‘Star Trek’, con mejor suerte en esta ocasión, debido a la delicada situación de la productora que no conseguía vender un piloto desde hacía cinco años y necesitaba ideas nuevas como agua de Mayo.
Tras escribir el piloto vendieron su concepto de western espacial a la NBC que les dio luz verde para rodar un piloto titulado ‘The Cage’ compartiendo los gastos con la productora, con el actor Jeffrey Hunter como el capitán de la nave.
Tras ser aprobado, los pases de prueba con público fueron negativos y sembraron las dudas en la cadena que pidió la escritura de otro piloto y cambios radicales en el reparto, grabando un segundo piloto ‘Where no Man has gone before’ que fue el que finalmente se emitió, con William Shatner al mando de la nave, al lado de Leonard Nimoy que fue el único actor que se mantuvo del primer piloto.
Tras tener un encargo inicial de trece episodios, recibieron con cierta celeridad la ampliación a temporada completa, pero sin que sus audiencias salieran de la zona baja de la tabla Nielsen, lo que les obligó a organizar una campaña de misivas de grandes personalidades científicas como Isaac Asimov dirigidas a la cadena NBC para renovar la serie.
El primer vídeo de esta primera entrega de la saga, no podía ser otro que la cabecera de la serie original con la música de Alexander Courage que se ha convertido en todo un clásico televisivo, en especial con las palabras que recita William Shatner, todo un mantra que millones de seguidores de la serie se saben de memoria.
La trama: La televisión de los años sesenta tenía como regla de oro huir de las historias serielizadas, todos los capítulos debían ser autoconclusivos, para permitir reemitirlos en cualquier orden sin que el espectador tuviera la sensación de que se perdiera nada que no hubiera visto anteriormente. Hay que tener en cuenta que en aquella época no existían los dispositivos de grabación y la única forma de ver las series era en directo, el día de su primera emisión o en las repeticiones veraniegas.
‘Star Trek’ se adaptó perfectamente a ese esquema, gracias a que su concepto era viajar libremente por el espacio como una nave exploradora sin tener una misión o un objetivo concreto, lo que le evitaba la necesidad de la continuidad de las historias, por lo que ponían el contador a cero a cada inicio de episodio.
Un aspecto importante en la tripulación es la regla esencial de Rodenberry, que prohibía los conflictos y los trifulcas entre los miembros de la nave Enterprise. Todos tenían que llevarse bien sin enemistades ni piques, a no ser que fueran provocados por algún ente externo a la nave, para crear el conflicto semanal.
‘Star Trek’ tenía dos tipos de episodios que iba alternando según las necesidades presupuestarias, por un lado teníamos los episodios que transcurrían en el interior de la nave espacial, que se podían dividir en dos tipos.
En primer lugar estaban los episodios donde toda la nave se enfrenta a alguna amenaza exterior de algunas de las razas alienigenas que iban encontrando y abiertamente hostiles con sus naves dispuestas a entrar en batalla a la más mínima ocasión, Pronto destacaron los klingons y los romulanos como enemigos más destacados, como en el siguiente vídeo donde deben enfrentarse a una amenaza romulana, como en los episodios más bélicos.
El segundo tipo de episodios centrados en el interior de la nave espacial, era de naturaleza más intima y solían tener como punto de partida algún elemento que llega o es recogido por la nave (esporas, campos magnéticos, náufragos espaciales, etc) que acaba modificando el comportamiento de los miembros de la tripulación para romper esa regla inicial de armonía, provocando peleas que finalizaban en cuanto conseguían la cura o el antídoto frente a esa amenaza
Frente a esos episodios en el interior de la nave, teníamos las misiones exploratorias que les llevaban a todo tipo de planetas que albergan civilizaciones que siempre van a poner en peligro a los miembros de la misión que se han teletransportado.
Estos episodios permitían huir de la claustrofobia de la nave y daban mucho juego a los guionistas para inventarse todo tipo de mundos y culturas, claramente en la estela de los westerns de caravanas que iban encontrándose de todo en cada parada de su camino.
Un buen ejemplo, lo tienen en el siguiente vídeo donde los miembros de la Enterprise llegan a una civilización pseudo-griega con un dios Olympus que exige veneración absoluta.
Esas visitas exploratorias se podían hacer gracias al artilugio más conocido de ‘Star Trek’, el teletransportador que permitía a nuestros aventureros plantarse en todas las superficies planetarias sin tener que aterrizar, siendo un utensilio de lo más eficaz cuando eran perseguidos por el enemigo y solo tenían que decir ‘Beam me up Scotty’ o ‘Transpórtame Scotty’ dirigiéndose al responsable del teletransportador como en el siguiente vídeo
Los personajes principales de ‘Star Trek’ eran tres, el capitán William T.Kirk el típico héroe de aventuras osado y valiente pero que se preocupa al máximo por su tripulación y debe sufrir en silencio la soledad del mando. Su mejor amigo era el doctor de la nave ‘Bones’ que era su confidente en los momentos de máxima tensión.
Pero el personaje que más destacaba era el del Dr Spock, mitad humano, mitad vulcaniano que era el único alienígena a bordo de la nave terrestre y que solo se movía por el raciocinio y la lógica más estricta sin expresar jamas ninguna emoción ni sentimiento. Era una ayuda inestimable para el capitán en el proceso de toma de decisiones, aunque pronto empezó a percatarse que la decisión más lógica no tenía que ser la óptima, como en el siguiente vídeo que resume algunas de sus apariciones.
Una de las principales aportaciones de Gene Rodenberry fue su insistencia en promocionar la diversidad racial en sus repartos, aunque fuera en los papeles secundarios, puesto que los tres protagonistas eran dos terrestres blancos y un vulcaniano de rasgos caucásicos exceptuando sus puntiagudas orejas. Esa compensación la consiguió en el núcleo duro de la nave que rodeaba a los protagonistas en el puente de la misma, con un piloto asiático, una responsable de comunicaciones mujer y negra y un ruso que entró en la 2T de la serie
Su creador utilizaba esa diversidad racial como un microcosmos alternativo a la realidad de su país, pero que al estar en el espacio, le permitía ciertas licencias narrativas que no se habrían aceptado en una serie realista.El mejor ejemplo lo tenemos en el primer beso interracial televisivo, aunque las circunstancias en que se realizó dicho beso, no eran de amor o pasión precisamente, como pueden comprobar a continuación.
Mi relación con ‘Star Trek’ siempre ha sido de cariño y muy entrañable, pero nunca de seguimiento y obsesión, por lo que nunca me he considerado un ‘trekkie’ ni he tenido la necesidad de ver y completar imperiosamente todas las películas y capítulos de la saga posteriores, excepto aquellos que me interesaban.
En cambio mis primeros recuerdos televisivos han quedado impregnados de esas historias espaciales del ‘Star Trek’ original. Cada semana me hacía viajar a mundos lejanos y me permitía al día siguiente jugar con los amigos del cole a teletransportarnos o a comentar el alienigena o la amenaza de turno.
Siempre me han gustado los westerns y ‘Star trek’ seguía ese modelo en el espacio, intentando cubrir con imaginación y pocos medios los escasos presupuestos de la época, con una ambientación que a los ojos actuales puede parecer cutre y pobretona, pero que en aquella época era de lo más avanzado que podíamos ver y con ese recuerdo ese es el que me quiero quedar.
La sobreexplotación de esa mitología me provocó una cierta saturación con sus últimas series televisivas, como ya comentaré en próximos artículos. Escribir el artículo sobre ‘Star Trek’ me ha permitido recordar mis sensaciones originales sin entrar en baños nostálgicos pero respetando la importancia que ha tenido en la historia televisiva, obligándome incluso a revisar una de mis películas favoritas de todos los tiempos ‘Star Trek II. La Ira de Khan’ mi producto favorito de todo ese universo.
Los actores: William Shatner era un actor relativamente conocido por sus apariciones en Broadway y en capítulos memorables de series antológicas como ‘The Twilight Zone’ o ‘Alfred Hithcock presenta’ , con el mítico episodio de ‘Pánico a 20.000 pies’ como su interpretación más conocida.
Tras aceptar un poco a regañadientes substituir a Jeffrey Hunter en el segundo piloto de ‘Star Trek’ , no era consciente que era el personaje que le iba a cambiar su carrera de actor, gracias a su gran interpretación del prototípico héroe estadounidense.
Tras finalizar la serie, su carrera sufrió un cierto bache del que salió gracias a las primeras películas de la saga, que le abrieron el campo para otros personajes en series como ‘T.J.Hooker’ o su memorable Denny Crane en ‘Boston Legal’ y sigue siendo a sus 88 años, uno de las personalidades mas queridas en Hollywood.
Leonard Nimoy estuvo picando piedra durante muchos años como secundario, hasta ser elegido personalmente por Gene Rodenberry, para el personaje del Dr Spock, por el que ha sido recordado el resto de su vida. Su falta de emociones y hieratismo extremo, unido a su lógica implacable en todos y cada uno de sus razonamientos, lo convirtieron en un personaje irresistible, desmintiendo los agoreros pronósticos de la cadena que quería humanizarlo y dulcificarlo algo más.
Nimoy está impresionante en todos los sentidos y nunca he tenido ninguna duda que ha sido la pieza angular del éxito que ha acabado teniendo ‘Star Trek’
Marcado por ese personaje no se ha prodigado mucho delante de las cámaras, excepto en las últimas temporadas de ‘Misión Imposible’ y recientemente como un misterioso personaje recurrente en ‘Fringe’. En cambio ha trabajado intensamente detrás de las cámaras, haciendo voces tanto como narrador como de animación o dirigiendo innumerables episodios televisivos e incluso alguna película de la franquicia, hasta su muerte en 2015 a los 83 años.
DeForest Kelley se pasó gran parte de los años cincuenta e inicios de los sesenta, montado a caballo y disparando en todos los westerns televisivos y cinematográficos, hasta ser elegido para el personaje del doctor Leonard ‘Bones’ McCoy que ha marcado toda su carrera artística. Su personaje era el más sarcástico y descreído del trío protagonista y a menudo era la persona que tenía que hacer recapacitar al impulsivo capitán Kirk, que era de los pocos a los que escuchaba.
Tras la cancelación, apenas trabajó en alguna película durante los años setenta, hasta volver a retomar el mismo personaje para las seis primeras películas de la saga, en sus últimos trabajos hasta su muerte en 1999.
En un segundo nivel teníamos a los personajes fijos secundarios de la serie cuyas carreras siempre han estado ligadas a sus personajes en ‘Star Trek’. Es bueno recordar a Walter Koenig ( ter. izq) como Chekov el navegante de la nave, Nichelle Nichols como la teniente Uhura responsable de comunicaciones, George Takei ( seg der) como el piloto Sulu y finalmente James Doohan como el ingeniero Scotty
Ninguno de ellos ha tenido una carrera posterior con ningún personaje que pudiera eclipsar a sus puestos en la nave Enterprise, aunque las lucrativas apariciones en las películas posteriores y sobre todo en las convenciones de fans, les han permitido vivir sin apenas agobios por el resto de sus vidas.
Final : La ciencia-ficción pura y dura siempre ha tenido un encaje complicado en el prime-time de las cadenas generalista por el rechazo inicial de muchas personas, en especial las de edad avanzada, hacia ese genero. Por esta razón sus audiencias globales siempre anduvieron por la zona peligrosa, pero en cambio si solo consideraban el público más joven, eran mucho mejores, lo que era un atractivo para los anunciantes que buscaban ese tipo de público obsesionado con ‘Star Trek’.
Ese apoyo duró tres temporadas, pero poco a poco iba perdiendo audiencia joven que siempre busca nuevos productos, por lo que la cadena NBC, decidió cancelar la serie tras la tercera temporada, con un último episodio procedimental como todos los demás y sin nada que hiciera presagiar que era la última entrega de una serie pionera.
Como ya les he comentado previamente, iremos tratando las secuelas en artículos posteriores, por lo que no voy a extenderme más y les voy a dejar con el extraño trailer con el que promocionaron los DVD’s completos de la serie.
Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestra cuenta de twitter (@lmejino). Hasta la próxima
Lorenzo Mejino