La capacidad de las series televisivas es enorme para mostrarnos microcosmos desconocidos de los que desconocemos su existencia hasta verlos en pantalla. Un maravilloso ejemplo es el estreno de ‘P-Valley’ una de las propuestas narrativas más originales del año que nos muestra las historias de un grupo de mujeres que trabajan en un club de striptease del ‘Dirty Delta’ de Mississippi, uno de los lugares más pobres de los EEUU.
La singularidad es que ‘P-Valley’ nos muestra una visión completamente femenina de ese colectivo que sobrevive gracias a la sexualidad explicita de sus bailes de ‘pole dancing’. Creada y dirigida exclusivamente por mujeres han conseguido aportar un ángulo muy diferente al ‘voyeurístico’ masculino con el que suelen mostrarse ese tipo de actividades sexuales de gran dificultad atlética.
Sobrevivir en el culo de los EEUU es una actividad de alto riesgo y ‘P-Valley’ nos muestra a este grupo de mujeres que han conseguido controlar sus vidas con unos procedimientos y métodos muy alejados del puritanismo cada vez más dominante, en una de las propuestas que más me han gustado y convencido de 2020, como les voy a analizar a continuación.
Ficha: P-Valley 10 + 60 m Jul 2020 Cadena: Starz (USA/ E)
Sinopsis: Tras sobrevivir a un huracán en su Texas natal, una mujer llega al pueblo de Chucalissa en el depauperado delta del Mississipi, situado al Noroeste del estado del mismo nombre y que es conocido popularmente como el ‘Dirty Delta’. Al llegar busca trabajo en un club de striptease local ‘The Pynk’ dirigido por el tío Clifford un personaje que no esconde su genero fluido en ningún momento.
La mujer se identifica como Autumn Night y consigue encontrar trabajo como stripper en ese club que es un poco el centro neurálgico de la vida social de esa región olvidada del mundo.
En el club pronto se va a enfrentar a la cabeza de cartel, Mercedes, que solo aspira a ganar suficiente dinero para abrir su propio gimnasio y percibe la llegada de esa nueva cara, como una amenaza para su liderazgo actual en especial en lo referente a las propinas.
En paralelo, en el club van a empezar a detectar una serie de movimientos urbanísticos por grupos misteriosos de inversores que pueden amenazar la existencia del club y que van a obligar a unirse a todo ese colectivo para luchar contra ese peligro externo.
El inicio: Katori Hall es una dramaturga negra nacida y criada en un suburbio negro de Memphis en Tennessee. Tras licenciarse en estudios afroamericanos empezó a interesarse por la escritura de obras teatrales para poder canalizar su activismo social a favor de las minorías negras.
Uno de sus proyectos teatrales fue escribir sobre el microcosmos de un club de striptease del profundo sur y las mujeres que allí trabajan. La razón es que para ella, los clubs de striptease no eran un antro de perdición, puesto que eran los lugares donde las jóvenes negras iban a festejar de jóvenes, cumpleaños, despedidas de soltero y todo tipo de fiestas y la reivindicación de esos lugares como parte de su cultura negra entraba dentro de sus ideas progresistas.
La obra teatral se llamó Pussy Valley y fue la base para desarrollar la serie que fue adquirida por Starz, que al ser una cadena de pago premium, no tiene trabas para mostrar escenas sexuales explicitas y le dio una total libertad a Katori Hall, para desarrollar ese mundo tan particular,. Su única pega fue rebajar el nombre a ‘P-Valley’, básicamente porque ‘pussy’ en ingles significa coño y no es una palabra que quisieran mostrar en el título.
Katori Hall tuvo control absoluto de la serie, ejerciendo de showrunner, a pesar de no tener ninguna experiencia televisiva .Una de sus primeras decisiones fue contratar a ocho directoras diferentes, una por episodio, algunas debutantes, otras veteranas, para dirigir los ocho episodios de la serie, como una forma de darles una oportunidad como la que ella tuvo para hacer ‘P-Valley’ .
La serie se rodó en Atlanta y fue estrenada el pasado mes de Julio en plena pandemia con la siguiente promoción.
Su estreno sorprendió a toda la crítica que no se esperaba una pieza de observación tan profunda sobre ese universo tan particular y empezó a elogiarla como una de las sorpresas del año. A nivel de audiencia, el interés iba subiendo cada semana, doblando al final sus números iniciales de audiencia, como muestra del interés creciente que ya le ha valido la renovación para una 2T.
La trama: ‘P-Valley’ utiliza el recurso de la llegada de una persona extraña para presentarnos ese microcosmos tan cerrado que es la ciudad de Chucalissa y en especial el club de striptease ‘The Pynk’ entre cuyas paredes se desarrolla casi tres cuartas partes de la acción, deudora de su origen teatral.
Desde el primer momento, nos muestran el club de striptease como un lugar de trabajo cualquiera, donde las mujeres que allí trabajan lo hacen por voluntad propia. Ellas intentan mejorar su calidad de vida ganando bastante más dinero que en otros lugares de esa deprimida ciudad de Chucalissa, donde apenas podrían ganar el salario mínimo, eso si encontraban trabajo.
La trabajada cabecera de la serie es una verdadera maravilla tanto en letra como en música e imágenes, para mostrarnos ese entorno tan desolado.
Las chicas que trabajan son casi todas de raza negra, excepto una chica blanca que representa al ‘white trash’ que corresponde a la escasa población blanca de la región. Todas están en el club como único medio de supervivencia y poder ganar algo de dinero para conseguir alguno de sus sueños si es que los tienen.
La llegada de la extraña Autumn Night sacude un poco los cimientos, al ser una mujer muy misteriosa y enigmática que nadie entiende como ha llegado hasta esa ciudad y a ese antro y que intenta pasar lo más desapercibida posible como en el siguiente corte, donde su jefe le pide los papeles para normalizar su contrato y ella se resiste bastante a revelar su verdadera identidad.
Los puntos álgidos de la serie son las impresionante coreografías que realizan las chicas en la barra vertical o como le llaman allí, el ‘pole dancing’. Una de las intenciones de su creadora Katori Hall era mostrar las increíbles acrobacias y capacidad física que tienen esas bailarinas, a nivel de gimnastas olímpicas, para que no fueran identificadas exclusivamente como objetos sexuales.
Para ello no dudo en contratar a las mejores especialistas de ‘pole dancing’ para que doblaran a las actrices y los resultados son tan impresionantes como los del siguiente vídeo donde vemos a una de las bailarinas que responde al nombre de Miss Mississippi hacer verdaderas virguerias en la barra.
Les llamo la atención sobre la forma tan curiosa como es presentada al ser deletreada Mississippi como ‘M, crooked letter, crooked letter, I, crooked letter, crooked letter, I, humpback, humpback, I’ que se ha convertido en un soniquete que no me saco de la cabeza
Una de las cosas que resaltan rápidamente es la ausencia de cuerpos normativos entre las chicas, donde lo que cuenta es su habilidad en la barra vertical y no el sobrepeso o tener unos glúteos hiperdesarrollados para hacer un ‘twerking king size’.
En ese punto tiene su importancia la mirada femenina tras la escritura y la cámara, que busca mostrar a mujeres de físicos convencionales que saben lo que están haciendo, aunque no sea de nuestra aprobación, evitando regodearse en explotarlas sexualmente con la cámara.
De hecho casi todos los hombres de la serie, excepto el inclasificable dueño Tio Clifford, bailan al son que ellas les están marcando y eso provoca que a veces entre ellas se hagan más daño por despecho o venganza que a sus congéneres masculinos.
Cada personaje femenino y masculino tiene su propia historia detrás y su ansiado recorrido delante, que en muchas ocasiones va a chocar frontalmente con el de otras personas, creando todo tipo de conflictos que desembocan en un impresionante final de temporada que deja con ganas de seguir viendo más cosas de lo que sucede en ese lugar perdido de la tierra que es Chucalissa y The Pynk.
Ya he comentado en el prólogo que ‘P-Valley’ ha sido una de las sorpresas inesperadas del año, por la valentía y las ganas de mostrar un colectivo con unas condiciones donde las reticencias morales pueden ser un grave prejuicio para algunos espectadores, en especial por la gran cantidad de escenas sexuales y explicitas que tienen en cada episodio.
Pero precisamente la forma de presentarlas y rodarlas con esa mirada femenina es lo que hace de ‘P-Valley’ una serie donde la profundidad y la calidad de los personajes y sus vicisitudes personales acaban superando esas contorsiones sexuales laborales que no dejan de ser una forma como otra de ganarse la vida.
Voy a finalizar ese apartado dejando que la propia creadora Katori Hall, explique sus impresiones personales sobre la serie y que son muy necesarias para poder contextualizar el entorno social y laboral de ‘P-Valley’
Los actores: En primer lugar tengo que reconocer mi desconocimiento absoluto de casi todos los actores y actrices de la serie, con la única excepción de Isaiah Washington, muy lejos de su bata de cirujano de ‘Anatomia de Grey’ como el turbio alcalde de Chucalissa.
Pero también tengo que admitir que me han impresionado absolutamente todos, dando una coralidad a todas las historias que ha sido una verdadera delicia para disfrutar en mi pantalla
En primer lugar y como cabeza de cartel tengo que nombrar a Brandee Evans ( centro foto) que interpreta a Mercedes la estrella del club que es consciente que su arroz se le está pasando y piensa en una retirada honrosa para abrir un gimnasio para enseñar a bailar a las niñas.
A su izquierda en la foto tenemos a Shannon Thornton, que interpreta a la joven y pujante Miss Mercedes que parece destinada a sustituir a Mercedes en su pronta retirada, a pesar de tener graves problemas de relación de pareja que le empiezan a pasar una grave factura laboral.
El rey absoluto de la función es Nico Annan que esta impresionante como el no-binario Tio Clifford, el propietario del club que consigue sacar adelante un personaje de lo más complejo, puesto que pasa de ser un colega de las chicas a una especie de chulo despiadado en cuestión de segundos, no por temas de explotación sino por temas de rudeza de trato.
Nico Annan fue el actor que encarnó el mismo personaje en la obra teatral y su creadora Katori Hall no tuvo ninguna duda en que debía seguir siendo su tio Clifford a perpetuidad en la versión televisiva.
Por último mencionar a la británica Elarica Johnson que interpreta a la misteriosa recién llegada Autumn Night dándole un halo de caparazón encerrado que poco a poco se va abriendo en su nuevo entorno.
La decisión de cruzar el charco para buscar nuevas oportunidades en EEUU le ha permitido tener este gran papel, donde me ha sorprendido por su capacidad de adaptarse de su acento ‘british’ natal al cerrado y complicado de entender acento sureño con el que se comunican en la serie.
Final : Si están buscando una serie diferente en un entorno poco habitual, ‘P-Valley’ es una magnífica opción que pueden ver legalmente en nuestro país, gracias a la plataforma Starz, que este año está arrasando desde el punto de calidad con grandes series estrenadas y algunas que vendrán, por lo que prefiero acabar esta recomendación efusiva con el trailer de su estreno en España.
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Lorenzo Mejino