Matthew Weiner es un escritor que ascendió a todos los altares seriéfilos por ser el creador y responsable principal de ‘Mad Men’, por lo que no hay que ser un lince para imaginarse la expectación que había suscitado su nueva serie que tenía el sugerente título de ‘Los Romanoff’, hace más de cinco años.
No es nada fácil continuar tras alcanzar la cima del éxito, por lo que existen tres caminos habituales para hacerlo, retirarse casi por completo que fue la opción de David Chase tras ‘Los Soprano’, continuar a ese mismo nivel de excelencia como ha hecho David Simon ( The Wire) como el mejor exponente o no alcanzar el nivel de su aclamada obra como le sucedió a Alan Ball ( A dos metros bajo tierra) con ejemplos como ‘Here and Now’.
Por desgracia Matthew Weiner ha seguido el último camino con una serie antológica de capítulos independientes con un tenue nexo de unión, pero que comparten en todos los casos una mediocridad apabullante tanto a nivel de guion como sobre todo de dirección, a pesar de haberle dado todo el dinero y libertad que había pedido a Amazon.
Es interesante echar la vista atrás de vez en cuando para recordar series que no cumplieron las expectativas ni de lejos y por ello con la tranquilidad que da la distancia en el tiempo hoy vamos a recordar una de las más mayores decepciones de la pasada década ‘Los Romanoffs’ que todavía sigue disponible en Prime Video por si les pica la curiosidad.
Ficha: Los Romanoffs 8 ep 60-90 min . Oct 2018 – Nov 2018 . Cadena: Amazon ( USA)/ Amazon (E)
La trama :
‘Los Romanoffs’ es una colección de ocho historias independientes ubicadas en el tiempo presente, que tienen como nexo en común que sus protagonistas están relacionados de una u otra forma como descendientes directos o indirectos de la dinastía gobernante rusa que fue masacrada durante la revolución bolchevique de 1917. La introducción de la serie al ritmo de la música de Tom Petty, nos muestra esa masacre familiar.
Al ser historias independientes se pueden analizar por separado o hacer alguna de esas clasificaciones que tanto gustan a muchas personas ordenando los capítulos de mejor a peor, pero tras ver completa toda la serie, tarea que me costó varias meses puesto que solo era capaz de verla durante largos trayectos de tren, he preferido recordarla de forma global porque esa mediocridad generalizada unida a la falta de humildad de su creador es su rasgo común más distintivo.
El tráiler escondía muy hábilmente todas esas debilidades que iremos viendo.
Desde el primer episodio se encienden las alarmas al comprobar en esa primera ubicación parisina que Matthew Weiner ( foto) ha hecho lo que le ha venido en gana sin control alguno por parte de Amazon con el resultado de hacer unos episodios interminables donde en casi todos los casos la sustancia narrativa apenas daba para un capítulo concentrado de media hora y se empeñaba en estirarlo y alargarlo sin aportar nada útil.
El rodaje por muchos lugares de Europa y en Mexico D.F, en lugar de reforzar las historias, acaba siendo una colección vacía de encuadres realizada en su totalidad por el propio Matthew Weiner, de los lugares más turísticos de esas ciudades ( el episodio mexicano gana por goleada en este sentido) por donde van deambulando los personajes y con el montador de vacaciones pagadas durante toda la etapa de post-producción, como dejaban intuir en el primer teaser de la serie.
Poco importaba ver a una colección de grandes actores, si les obligaban a interpretar unos personajes anodinos y sin apenas fuerza, incluyendo a viejos conocidos del creador de su etapa de ‘Mad Men’ como Christina Hendricks o John Slattery, perdida por Austria o por Nueva York respectivamente.
En este tipo de series suelo hacer un ejercicio mental al finalizar cada episodio, para analizar el arco narrativo concreto y ver la evolución de la historia de principio a fin, pero pocas veces me había sucedido como en el caso de ‘Los Romanoff’ donde la consistencia de su insustancialidad era lo único digno de elogio.
Si encima su creador aprovecha la circunstancia para ajustar sus cuentas personales ocasionadas por una serie de acusaciones sexuales de una colaboradora suya, creando una historia ( el quinto episodio) en torno a como unas acusaciones presuntamente falsas pueden destrozar la vida de una persona, ese endiosamiento que le hace creerse por encima del bien y del mal se hace insufrible.
La esperanza de que el próximo episodio iba a ser el bueno, ha sido el motor de muchas personas que finalmente a lo mejor han encontrado alguna pepita de oro entre ese lodazal narrativo, pero en mi caso les puedo asegurar que no hubo nada que me llamara la atención lo suficiente para recomendar algún capítulo por encima de los demás, por lo que lo dejo a su albedrío el adentrarse por el árbol genealógico de ‘Los Romanoffs’.
Para cualquier comentario no duden en contactarme aquí o a través de mi cuenta de twitter (@lmejino). Hasta la próxima
Lorenzo Mejino