Es de esos locales que por los que pasas tan a menudo que no le das la importancia que se merece. Pero ahí está, dando un nivel medio/alto constante con una cocina de los que realmente se puede decir que es “casera”.
El Aurrerá de la calle Urbieta (frente al mercado de San Martín) es un clásico de hace ya muchos, muchos años en la ciudad. Restaurante de alto nivel se llenaba de familias de postín porque era el restaurante del centro de la ciudad. Luego pasó por más pena que gloria, o me confundo o el siguiente paso fue un self service (tan de moda a mediados de los 70, había tres de importancia en la ciudad) y siguió un recorrido insulso sin importancia, lo mejor es que a nadie se le ocurrió montar una boutique y siempre ha mantenido la licencia de bar/restaurante.
Hace un par de años la familia Castro tuvo que salir de La Espiga para que reconstruyeran la casa donde estaban y decidieron aterrizar en el Aurrerá y darle su impronta. La receta era bien sencilla, hacer lo que siempre han sabido hacer durante 75 años, cocina casera, pintxos característicos y platos sencillos de los de todos los días, que si unas vainas, que si una ensaladilla rusa, un filete empanado (sin que se le salga todo el aceite, ¿tan difícil resulta hacer un escalope bien empanado?), unos morros – recordar que fueron premiados en un concurso nacional de pintxos – albóndigas, merluza rebozada y un pequeño pero sólido etcétera de platos con los que todo el mundo encuentra alguno que le va de maravilla. Que quieres un plato, pues te tomas un plato y si quieres tres, también te lo tomas. Hasta bocadillos. Servicio muy cercano, que le va perfectamente al local, incluso acento andaluz (sevillano) que te refresca el oído de vez en cuando. Eficaz y ajustado. Te dejan estar sin agobiar a pesar de que lo tienen siempre lleno y doblan algunas mesas. El precio está de acuerdo con todo, económico. La otra noche 8 personas, 6 primeros a compartir, 8 segundos, 6 postres y 3 botellas de vino, 22 euros por cabeza. Y las raciones son más que suficientes.
Cuando la familia volvió a inaugurar La Espiga muchos pensamos que iba a afectar al Aurre, pues de eso nada, sigue estando pletórico, beti Aurrerá.
Del vino prefiero no hablar, es el único restaurante en el que me da igual, la carta es flojita y lo bueno (Mauro) está disparado de precio. Es de esos sitios en el que deberían ofrecer un descorche para que podamos llevar el vino y disfrutar con unos amigos.
El Bar Restaurante Aurrera está en la calle Urbieta 12.
Blog escrito escuchando: Dan Le Sac vs. Scroobius Pip