Nos quejamos los aficionados de la Real de los desplantes que vienen del otro extremo de la autopista, que si ETB, que si se ríen en el campo, que si nos quitan jugadores y no sé cuantos desagravios más.
Pues yo también cuento mis historias. La editorial Everest, de las de primera división en el mundo de la gastronomía acaba de publicar una colección de libros de recetas titulada “Lo mejor de la gastronomía tradicional” y la cosa va por autonomías. Serán 17 en total y la primera parte de la colección son 6 entre las que se incluye la del País Vasco. No se les ha ocurrido nada mejor que pedir las recetas a dos vizcaínos y esto es lo que se saca en claro:
Nada menos que 100 recetas. Una de ellas lleva la palabra Vitoria (Habas de Vitoria) y ni una sola, repito, ni una sola lleva palabras como “guipuzcoano” o “donostiarra”. Por supuesto, cuando a un plato hay que distinguirlo es “a la vizcaína”, cuando no a la “bilbaína” (hay “angulas a la bilbaína” o “chuletón de buey a la bilbaína” que en ningún otro sitio se hace) y, por supuesto, se destacan los asadores del duranguesado por el chuletón de Berriz. Si hasta los simples canutillos son de BILBAO.
Mira que lo hubieran tenido sencillo con el txangurro a la donostiarra creado por el famoso cocinero donostiarra Félix Ibarguren, Shishito, (lo dice, entre otros, el gran libro “Recetas de Leyenda” de Nagore Azurmendi y Mikel Corcuera) pues no ha podido ser, el txangurro es sólo “txangurro al horno”.
Y añaden insulto sobre insulto cuando a las anchoas en papillote, una receta claramente donostiarra que, en un alarde de generosidad, admiten en una nota a pie de página, dicen: “en San Sebastián se añade una pizca de mantequilla” lo que, evidentemente es falso. Pero parece que dicen “nosotros, vizcaínos, hemos mejorado la receta original quitando la mantequilla.” Hay una sola receta de chipirones podrían haberse estirado y haber puesto “a lo Pelayo” pero suena mucho a Getaria.
Eso sí, todos los dibujos, absolutamente todos los dibujos de relleno de las zonas blancas son del Peine del Viento, se ve que el Guggenheim no les entraba.
Como se verá, cada uno tenemos nuestra cruz con respecto a los vecinos y en todas partes cuecen habas, eso sí, de Vitoria.
Blog escrito escuchando: The Whote Stripes – Get Behind Me Satan