La biodinámica es al vino lo que el New Age es a la vida. Una teoría existencial (de las plantas a la recogida y el momento de hacer el vino) que ya viene de antiguo pero que parece que se acaba de inventar ayer (“Caraio resulta que lo que llevamos toda la vida haciendo ahora se llama biodinámica” decía un viejo agricultor gallego) y con un ramalazo ecologista. Tiene sus gurus, sus falsos profetas y sus talibanes, lógicamente también tiene sus aprovechados pero se confunden entre el lote. Como el mismísimo New Age.

Entre esos (que cada uno los coloque donde quiera) están una pareja de alemanes, María y Matthias Thun que acaban de sacar un libro con un calendario específico para saber cuándo es el momento preciso para tomar ciertos vinos, ciertas uvas o determinadas crianzas. En resumen: que unos vinos saben mejor unos días que otros.

Han investigado un historial de 55 años y, por supuesto, sus referencias son ciclos lunares, constelaciones y el movimiento de los planetas. En el calendario destacan días de “raices”, días de “flores”, días de “hojas” y días de “frutas” que son los días, según el ciclo de la luna más propicios para esa parte de la planta.
Los agricultores ya plantan según ese ciclo, ahora nos queda a los consumidores probar el vino en los días que corresponden a la flor y a la fruta. Ya hay algunos grandes compradores que se han sumado a esta teoría llegando a decir que podrían probar hasta 140 vinos en un día y encontrarlos de una manera determinada y probar los mismos vinos al día siguiente y encontrar un 40% de ellos que no valían tanto.

Sí que estamos metidos en un lío. ¿acaso tendrán que cerrar los restaurantes los días en que los vinos no están buenos? ¿dependerá del hemisferio en el que viva? “Lo siento señor, estamos en el hemisferio norte y el tempranillo hoy no luce.”
Si ya es difícil pedir un vino en determinados restaurantes porque el sumiller te puede mirar mal, imagínate si pidas un syrah el día que tienes que pedir la monastrell. ¿Y qué pasará con los vinos hechos con un coupage?
“¿Me traerá la carta de vinos y el calendario lunar por favor?” O me imagino al bueno de Dani vendiendo un vino con la pregunta clara: “¿Pero cuándo se lo piensan beber?, porque claro, no es lo mismo” O al revés, que viene alguien con la queja de que un vino no estaba a la altura de sus expectativas y la respuesta está clara: “Seguro que lo bebiste el martes, y el martes ya se sabe, los vinos no se pueden beber.”

Con lo difícil que se ha puesto el mundo del vino que nos vengan ahora con estas cosas…

Blog escrito escuchando: Los Skarnales – Pachuco Boogie Sound System