Rubén Trincado está de enhorabuena. La otra guía de carreteras, la antiguamente conocida como Campsa ahora Repsol, le ha concedido dos soles, lo que no está nada mal.

Se lo tiene merecido, pero no sólo este reconocimiento sino todos los que le puedan venir, la estrella Michelín incluida. Y es que Rubén lleva tiempo haciendo una cocina cada vez más sólida, aún se le escapan algunos manchones, pero se ha empeñado en seguir una receta básica: que destaque el producto y lo está consiguiendo. Sin enmascararlo. Con sinceridad. Y con imaginación, que es fácil que le venga estando donde está. Pero es que además se ha dado cuenta que poco a poco tiene que introducir ciertos cambios para conseguir sus objetivos, primero fue la carta de vinos (que está mejorando), luego la cristalería y seguro que empieza con todo el local e incluso con su chaquetilla para conseguir lo que quiere. Que conste que tener más o menos estrellas no debe ser la ambición de ningún cocinero, pero sí es un reconocimiento a un trabajo bien hecho. Y en este caso merecido.

Recordemos que en el caso de esta guía quienes conceden los soles son los miembros de la Academia de Gastronomía lo que significa que lo hacen, por supuesto, de manera anónima (aunque a los importantes sí se les reconoce) pero que no se dedican en exclusiva al asunto, son grandes aficionados al comer y al beber a quienes les cuesta dinero mantener su puesto en dicha academia.

Recordemos también que ahí donde la guía roja se muestra cicatera y avara, la guía antes conocida como Campsa ahora Repsol está más acertada.

El Mirador de Ulía de San Sebastián ya tiene los dos soles y no habrá de pasar mucho tiempo antes de que tenga el tercero. Enhorabuena Rubén.

Blog escrito escuchando: Champion Jack Dupree – One Last Time