Tanto si eres una persona como un negocio es importante que alguna vez en tu vida te plantees una serie de preguntas sencillas: ¿Quién soy? ¿de dónde vengo? y ¿A dónde voy? Tras varios años sin tener una respuesta muy clara por fin alguien ha reflexionado y el equipo de Ixo Grupo ha decidido poner un rumbo fijo para el restaurante del Kursaal, ha puesto al frente a Mikel Gallo y lo ha llamado Ni Neu.

Los cubos del Kursaal se merecían una cosa clara y esta lo es. Siendo un lugar privilegiado, con una terraza de lujo, han conseguido una decoración que te introduce en un ambiente relajado dentro de un comedor amplio (y la decoración del comedor superior es sobrecogedora, como si fuera el escenario de una obra de teatro, con bambalinas incluidas), un servicio amable y eficaz y una carta basada en lo clásico, inteligible, con toques modernos que permiten disfrutar desde el primer momento. Abajo una carta amplia por 29 euros fijos, vino por copas, barra amplia, y arriba grupos concertados con la misma carta o menús cerrados.

Puede ser cierto que tengan que hacer encajes de bolillos para que los platos funcionen a 29 euros el menú, pero salen airosos de esa batalla. Los platos tienen su literatura pero el producto está presente de una manera clara. Nunca pensé que iba a comer un plato de lengua de ternera asada a baja temperatura y que pudiera tener tanto aroma desde el primer momento gracias a una infusión de pimientos asados, o que unos cogollos impregnados durante horas en aceite de ajos crudos pudieran ir tan bien a unas patatas con huevos rotos. Y me gustó especialmente el punto de la merluza, que expresa su sabor gracias al jugo tostado de sus pieles. Tengo ganas de saber qué será capaz de idear Mikel para la temporada de bonito.

Lo que sí es un lujo para el local es Juan Mi, el somellier, porque sabe de qué habla, sabe ofrecerte el mejor vino posible para los platos que vas a pedir, la de vinos es una carta corta aunque con referencias interesantes. Lástima que vaya a durar tan poco, el frío y la humedad no le van bien a su alma sureña.

Se busca y se consigue la eficacia, que te levantes de la mesa satisfecho sin estar harto. El verano me cogerá por ahí, porque en la terraza se podrá comer algo y se podrá terminar tomando una copa tranquilamente, y me pillarán con un bizcocho de cacao amargo entre las manos.

Blog escrito escuchando: Professor Longhair – Rock ‘N’ Roll Gumbo