Los mejores momentos han pasado al grito de “una de anchoas y una botella de Egly”. Por supuesto que en la terraza o en la barra de Rekondo. La idea de montar una zona en donde se puede picar algo ha resuelto muchas reuniones.
Uno de los platos más sorprendentes. La unión de oriente y occidente, parece un chop suey de langostinos hechos con un wok y no lo es, la clásica técnica a la papillote y una presentación sencilla. El producto y los puntos hacen el resto. Sigue siendo una gran cocina la de Urepel.
Un plato bien presentado y divertido (¿a que parecen flores?), una técnica ajustada, un producto de lujo y todo lo que completa el plato (berberechos y rúcula) en su justa medida completando los sabores y haciendo que quieras más. Rubén Trincado está encontrando su camino poco a poco en el Mirador de Ulía, ahora sólo le falta parar a respirar.
Me gustan los restaurantes que tienen un colgador para sombreros. “Allá donde coloco mi sombrero es mi hogar” cantaba Billy Joel. Me gusta que Pérez Reverte haya salido en defensa del panamá y la chaqueta incluso en verano: “En ciudad, siempre con chaqueta, naturalmente.”
¿Y esta foto qué producto es? No había visto nunca un corte parecido. No es carne, ni siquiera de wagyú. Es atún.
Blog escrito escuchando: Ari – Así lo siento