Vino de la semana – Remelluri Blanco 07
Esto es una tarde de verano, medianamente calurosa. Es una tarde tranquila sin nada mejor que hacer que sentarse con unos amigos, abrir una botella de vino y hablar durante horas. Así que eso fue lo que hicimos.
Efectivamente nos sentamos, tu aquí, yo en la otra, vosotros sentaros ahí. Voy a traer una botella. Tengo un Remelluri blanco, serio, dice 2007 y vamos a ver qué tal está ¿Un poco de jamón? pero no del jamonero, de ese ya se acabó hace tiempo, tenemos este que nos trae la suegra y está mejor que bueno. Sí, puede ser lo mejor para acompañarlo.
Así que llega la botella y los amigos no conocían el vino. Mejor, las sorpesas me gustan más. Al echarlo en la copa hay miradas sospechosas, no hay vinos blancos con ese color tan dorado, casi hipnótico, como si estuvieras viendo el escaparate de piezas de oro en Astrain. Y en medio de la conversación, como si no pasara nada vas pasando las copas a cada uno y primero te lo llevas a la nariz, y los demás hacen lo mismo y se produce un silencio porque te viene una cantidad de fragancias que nunca hubieras sospechado, hay de tod lo que buscas y hay mucho más de lo que hubieras imaginado en un vino blanco riojano.
Vamos hombre, no me toques las narices, se supone que debe haber viura, garnacha blanca o malvasía, hasta torrontés y tempranillo blanca ahora, pero claro, los tiempos cambian y las bodegas serias hacen vinos serios, como quieren, así que viognier más sauvignon blanc más chardonnay más roussanne más marsanne (aún recordamos ese blanco de Jean Mi) y, claro, la garnacha blanca.
¿Sabes lo que digo? Me da igual lo que lleven los vnos si me dan tanto misterio y tanta maravilla. Flores frescas dijo alguien mirando a su alrededor por si había tiestos florados, mantequilla dijo otro y buscó el plato con un brioche recién hecho, ¿Piña? pensando en el desayuno, frutos secos creyendo que había sustituido el jamón por algo más económico. Y en boca la grasa, esa manera elegante de llegar hasta el final y ese trago largo que te permite seguir hablando del vino unos minutos después del sorbo.
Caro sí, de acuerdo, porque ronda los 30 euros, pero es algo muy especial y como tal se debe tomar. El jamón le fue de naravillas y como una cosa y otra bastaron se fueron los amigos sin pedir nada más. Qué majos.
Blog escrito escuchando: Warpaint