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Iñigo Galatas

Sopa de ganso

¿deben los cocineros servir en sala? Preguntas puente


Ya no sé qué pensar. La última moda parece ser que es que los cocineros sirvan la comida a los comensales y, de esta manera, les puedan explicar con todo tipo de detalles cómo se ha hecho el plato. Se cierra el círculo cuando vuelven a salir los cocineros para escuchar a los comensales el comentario directo de  cada plato.
¿En qué se está convirtiendo esto de salir a comer? ¿Es mejor o peor esta historia de convertir a cocineros en camareros? ¿Cuándo se produjo la evolución de cocinero a camarero? ¿Hay vida después de la muerte?

De acuerdo que los “restaurantes destino” se han convertido en eso, en no poder disfrutar de una comida y una conversación. Para empezar el paseo hasta el restaurante se supone que es toda una aventura, en segundo lugar entras como en una especie de templo donde debe haber silencio, todo debe ser muy zen. El siguiente paso es que no pides un menú porque ya está cerrado (la teoría dice que vas a eso así que te resuelven el problema de tener que elegir). Los vinos, a veces, tampoco. Luego te van sacando los platos y tus cinco sentidos están puestos en la experiencia y nada más, si pensabas declararte o discutir algún negocio más vale que lo dejes para otra ocasión y otro tipo de restaurante porque como te despistes te has quedado sin la “experiencia”. En algunos de ellos ahora te destripan las entrañas de cada plato. Puede ser a través de un vídeo en una sala o a través de un ipad en la misma mesa, en cualquier caso tienes que ver una película antes de comer. Es como si los magos te explicaran el truco antes de hacértelo, así yo no volvería a un espectáculo de magia. La variante es que te enseñen la cocina y la cantidad de cocineros que te van a cocinar esa noche antes de que te sientes, no quiero pensar que es para justificar el precio final.

Todos dicen que es para que tengas una experiencia diferente, para que todo aquello forme parte de una sensación única, de un momento inolvidable. Se supone que cuanto más te explican una obra de arte mejor puedes disfrutar de él. Tu ves “La soga” de Hitchcock y está bien, pero en cuanto te dicen que aquello es enterito “plano secuencia” como que disfrutas más. ¿Y Rauschenberg? Cómo se disfruta de una cuadro en blanco en cuanto te lo explican. Pasa con Klee o Kandinsky, suben varios enteros en cuanto te enteras de qué van los espacios y el color. Sé que tienen razón pero me confunde, no sé si quiero tanto, primero quiero disfrutar, luego si es caso, ya investigaré.

¿Qué pasa con lo de antes, entrar en el restaurante con una sonrisa, saludando a los demás comensales, elegir a la carta con o sin ayuda, elegir el vino, hablar de lo divino y humano y si me viene a saludar el cocinero le digo que todo está bien y se acabó? Definitivamente me estoy haciendo mayor. Por cierto que en el Frontón de Tolosa Roberto Ruiz te pone los platos y te los explica uno a uno, pero ¿por qué no tengo la misma sensación?
Y después, ¿qué pasa con el personal de sala? ¿desaparecerá? ¿pierde diginidad el cocinero por servir en la sala? Al fin y al cabo está haciendo algo para lo que no tiene por qué estar preparado. Uno puede ser muy bueno detrás de una cazuela pero para eso no tiene que tener aptitudes sociales, de haberlos tenido hubiera podido ser camarero, o viajante.

¿Acaso no pierde más su dignidad un cocinero por trabajar a tres grados en la calle mientras otros están cenando en mesas calentitos? Allí es donde debe decir “hasta aquí hemos llegado”, el respeto lo debe tener no sólo quien te coloca en esa situación sino tú mismo por salud.

Blog escrito escuchando: Clyde McPhatter – White Christmas

gastronomia, restaurantes, vinos, recetas

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