Hace una semana me entero que han decidido plegar velas porque la cosa no iba como ellos habían pensado. Javier Jauregi y Lucho Carrión han partido sus vidas y parece que cada uno sigue su camino pero ninguno en el Ibaiondo. Local difícil, cocina incomprendida, lo que sea, la cosa es que se ha cerrado un proyecto que tenía muy buena pinta, un proyecto con una cocina diferente, quizás tan diferente que no consiguió convencer a toda la gente que debía convencer para que el negocio funcionara. En otras épocas quizás podrían haber aguantado, hoy ni se puede, ni se debe.
Lección para aprender: Tienes que contar tu versión antes de que la cuenten por tí. Es decir, es mejor ponerse en contacto con la gente que te ha apoyado para decir que te vas, para despedirte educadamente y para decir “me voy porque…lo que sea” antes de que uno se tenga que enterar por la calle y pueda contar cualquier cosa. Cuando dominas tu la comunicación puedes contar desde el vecino intolerante, hasta el casero codicioso, cualquier cosa antes de que digan que has tenido que cerrar porque no has sabido llevar el negocio o no has sabido acertar con el público.
Lástima. Ojalá los podamos ver de nuevo en marcha por aquí.
Por cierto, ya que estamos en estas cosas, cuentan de un restaurante importante que está pensando en tomar la decisión a la Zabalaga. Es decir, abrir en primavera y verano. Ojalá la noticia se quede en rumor, pero por otro lado, si es bueno para ellos, que sea así, que los inviernos son largos y muy duros.
Blog escrito escuchando: John Lennon – Plastic Ono Band