Se sabe por el encontronazo que el vino era muy importante para esa gente que hacía construcciones elaboradas para algo que utilizaban sólo una vez al año. Por lo que se ve, nada nuevo, hoy en día se sigue usando sólo una vez al año y las construcciones siguen siendo no sólo complicadas, sino también caras carísimas, puede que la única diferencia sea que hace seis mil años no tenían teléfonos para llamar a los arquitectos más importantes del planeta de entonces.
Lo triste es haber descubierto que el vino no se usara en bacanales y grandes fiestas, parece ser que se usaba en funerales, a menos, claro, que los funerales fueran el lugar en el que se reunían familiares y amigos y fuera la excusa para hacer la juerga. Ahora que lo pienso también lo hacemos hoy cuando al final de los funerales buscamos el bar más cercano para tomar un vinito y lo vamos alargando. Corre esa preciosa leyenda de que el vino se “descubrió” cuando una joven quiso suicidarse con el zumo de uva fermentada que ella pensó que era veneno, se sintió aliviada y alegre. Cómo se pasa del amor a la muerte es algo que aún hay que resolver.
De todas maneras la muestra de vino más antigua que existe se descubrió en el norte de Irán y data de hace 7400 años. Así que por lo que se ve la sofisticación por el vino siempre ha existido, antes que cualquier espuma o deconstrucción.
En la misma cueva se encontraron zapatos con más 5000 años de antiguedad. ¿Significa eso que fueron antes los vinateros que los zapateros? ¿Significa eso que al principio de los tiempos el hombre paseaba por las bodegas descalzo? Pues entonces queda una cosa clara: los zapatos se inventaron para no coger catarros en las bodegas. Por cierto, ni sombra de un tambor.
Blog escrito escuchando: Todas las de Sarriegi (literalmente porque hacen pruebas de sonido para la tamborrada infantil y NO PUEDO MAS).