Hay quien puede pensar que los cocineros deben quedarse en sus cocinas, que hablen de comida, que hagan sus congresos en los que hablan de espumas y que no se metan en nada más.
Y sin embargo yo soy de los que opino que estos “Diálogos de la cocina” lo único que hacen es devolver a la cocina a su antigua función de la que nunca debió salir. Los Diálogos de cocina recuperan las mismas esencias de lo que debe ser una cocina.
Porque la cocina es, al fin y al cabo, el lugar donde se reune la familia y donde la Ama enseña los primeros valores a las criaturas, desde que les empieza a dar los potitos (los que realmente saben a algo y se hacen en el calor de la cocina), hasta donde probablemente le acoge cuando llega a casa después de que, tras una buena bronca, le hayan echado de la suya a ese hijo ya cuarentón. Es en la cocina donde la madre (de acuerdo, y el padre) enseña los primeros valores de la familia, la moral básica, lo que está bien y está mal, es en el calor de la cocina donde se pueden hablar de determinadas cosas más serias, donde se hacen confidencias, es el centro de la tertulia del hogar y es donde se producen las primeras discusiones y desavenencias. Esta es una parte importante de los “Diálogos de la cocina”: “se profundiza en los valores”.
Pero también simboliza la mesa como centro de tertulias abiertas, donde se exponen temas y donde se habla un poco de todo, son las mesas en las que personas de distintas tendencias, distintos pasados, diferentes formas de pensar, exponen sus cosas que pueden ser de todo tipo de asignaturas, cada uno da su opinión abiertamente, y al cocinero que ha conseguido reunirles y hacer que estén satisfechos de ese momento le gusta escuchar porque sabe que de todo eso sacará algo en positivo, y si no lo saca él, seguro que alguien sacará algo bueno y ese es el recuerdo que quedará.
Por eso estas jornadas traen la misma esencia de la cocina y por eso son tan interesantes, porque hablar siempre de comida y de cada plato es, a veces, un aburrimiento, siempre le damos vueltas a las mismas cosas y parece que cuando se reunen cuatro cineros tiene que ser para hablar de temperaturas y esferificaciones, y que de eso tenemos que hablar todos los demás cuando a los únicos que realmente les interesa es a ellos, pero ahora sabemos que se preocupan de algo más y que lo saben compartir.
Blog escrito escuchando: Pinetop Perkins – Joined at the Hip w./ Willie “Big Eyes” Smith