A partir de ese momento despareció el enólogo circunspecto y serio y fue muy sencillo conocer al hombre detrás de los vinos, unos vinos que se hacían en lo que parecía un hangar sin tanta moda de bodega de diseño, pero a él no le importaba porque te hablaba del campo y del trabajo en bodega, lo superfluo no le importaba.
Así es Tomás Postigo, por eso cuando dejó aquel proyecto en el que hizo uno de los grandes vinos de este pais, y se puso a hacer vinos propios podías estar seguro que también iban a ser míticos. Ha empezado por sacar un vino blanco de verdejo del 2008, de La Seca, la tierra que él conoce a la perfección, la uva que ha visto crecer y que ha podido cuidar desde el primer momento. Se ha decidido por un vino fermentado en barrica porque le gustan los retos y le gusta demostrar que es capaz de hacer grandes vinos desde el minuto uno, no se echa atrás el desafío le atrae. Mucho melocotón y fruta madura en nariz, muchos anises frescos y minerales suaves, muy graso y con una madera que remata el final, más tiempo en botella y este vino llegará a las más altas cotas. Un vino elegante y con carácter por 14 euros.
Tomás Postigo es un enólogo de mirada limpia que sabe hacer vinos de los que dan que hablar y por eso le agradecemos que en estos tiempos difíciles se haya puesto a cumplir sus sueños.
Blog escrito escuchando: Ella fitzgerald & Joe Pass – Hamburg Duets