Tres amigos se unen para hacer un vino. El principio es una historia conocida de algunos éxitos y fracasos en el mundo del vino. Bodega pequeña, familiar, viñas antiguas y otras nuevas que pueden hacer crecer con gracia. Le añades una pizca moderna de “viticultura sostenible” y tiras millas. A veces hasta salen vinos buenos.
Este caso es diferente porque hay que añadir un par de ingredientes importantes y uno de ellos es la experiencia en el mundo de la hostelería. Parece sencillo pero no lo es. Hay una parte esencial en el mundo del vino y es dar con lo que al consumidor le gusta y al precio que el consumidor puede pagar. Belarmino Fernández tiene un restaurante en Madrid llamado Los Asturianos, más bien un bar de dimensiones reducidas donde se come como en un gran restaurante, donde siempre se ha hablado de vinos y donde yo he bebido uno de los grandes vinos que aún recuerdo. El es una de las patas de ese banco sobre el que se funda la bodega Canopy y por eso el proyecto hace grandes vinos desde el primer día en que los empezó a sacar.
Este Malpaso es uno de los caprichos de los tres socios, con syrah (¿sólo syrah?) de viñas jóvenes sobre una tierra de sílice, han conseguido un vino fácil y, al mismo tiempo, complejo, han conseguido un vino potente y, al mismo tiempo, capaz de aguantar una comida sin cansar la boca. ¿Cómo se hace eso? Me imagino que con criterio y con respeto por la uva, dejando que se haga a sí misma para conseguir todo lo que buscas, esa fruta roja madura, esos aromas de hierbas meditrerráneas tan característicos, la boca te la da la madera de 8 meses y lo encierra todo con estructura y solemnidad pero lo mejor llega al final, cuando te aparecen unas flores de campo abierto al mar.
Méntrida no estaba en el mapa de los vinos y de repente, gracias a varios jóvenes visionarios, (ya he hablado de Jimenez Landi) aparece esa tierra, sabemos que los viñedos están al pie de una sierra llamada Sierra de San Vicente y en un valle entre el Tajo y el Tiétar.
Blog escrito escuchando: Marvin Gaye – The Soulful Moods of Marvin Gaye