Margareta (también conocida como Marketta): – Herr doctorr, yo te quierro. –
Hans: – Yo te rrrespeto Marketta, salvaste mi vida, me casarrrré contigo.-
Margareta: -Vamos a viajarr por España que es muy bonita.-
Hans: – Con nuestros bulldogs llegarrremos a Roses. Esto es Cala montjoi.-
Margareta: – Diantres, no podemos darrr la vuelta con nuestra roulotte.-
Hans: – Nos quedamos y montamos un mini golf.-
Margareta:- Esto del mini golf es una mierrrda, vamos a ponerrr una parrrrilla.-
Hans: -Con lo que me gusta comerrr a mi, voy a trrraerrr un cocinero francés bueno.-
Margareta: -Y yo contrrrato a un rrrockerrrrro que se quedarrrá en la Sala y serrrá el jefe de todo, se llamarrrá Juli.-
Hans:- Ahorra me vuelvo a Alemania que ya no te quierrro. Quédate con todo, ya volverrré a por el rosarrrrio de mi madre.-
Margareta:- Pues menuda caca me dejas. Perrrrdemos dinero. –
Juli: -Voy a contrrrratar a un chico que está haciendo la mili, no tiene ni idea de cocina perrro parrrece listo. Se llama Ferrrnando. Le llamarrremos Ferrán. ¿Y por qué hablo como vosotros si ni soy checo ni soy alemán?-
Ferrán: -Voy a aprender mucho y ya veréis lo que vamos a conseguir. Con la segunda estrella no hacemos dueños de todo.. –
Juli: -Sí, dueños de toda la deuda.-
Ferrán: -Y con la tercera nos hacemos dueños de más cosas y nos nombran los mejores del mundo mundial.-
Juli: -Sí, los mejores en arrastrar la deuda.-
Ferrán: -Pues cerramos, que lo demás nos da dinerito.-
Juli: Pues cerramos.
Y así es cómo una historia de amor fracasado nos ha dejado esta huella gastronómica.