Ha habido cientos y miles de escritores que lo han intentado explicar. Clases para jóvenes, padres, psicólogos, incluso sacerdotes. El Kama Sutra te dice cómo intentarlo de varias maneras y el bueno de Fromm teorizó como pudo. Pero no hay nada como probarlo y conseguirlo por uno mismo. Sí, puede haber frustraciones, puede haber malos momentos, puede haber, incluso, malos rollos, pero pudiendo conseguirlo no hay nada como la experimentación porque si te lo cuentan no es lo mismo.

Pues aquí está lo que tomamos en la última de iRekonductibles

 Y no puedo explicar nada. Vinieron de Madrid Luis Gutierrez e Ignacio Villagordo, trajeron sus botellas y abrimos otras de Rekondo, lo pasamos como nunca y cayeron botellas de la familia López de Heredia

uno un Rioja BLANCO de 1913/14

y uno de cepa borgoñona del 34

y unos semidulces blancos de 1939 también de la Rioja

y un Madeira Boal de 1863, casi 150 años, yo no había nacido cuando se hizo ese vino.

Pues eso, es como describir a las chicas. Las sensaciones, lo que se vivió, sólo se puede explicar con eso de la “puesta de sol” maravillosa, el paraiso, ver a dios y esas cosas que se dicen. Sólo sé que 16 personas adultas, maduras, en su sano juicio (aunque haya quien crea que no), empresarios de éxito muchos, grandes conocedores de la materia, rompieron a aplaudir después del vino de 1913, así, de manera espontánea (y es la primera vez que lo veo en todos los años de cata), no hubo otra manera de expresar tanta satisfacción, yo vi hasta alguna lágrima.

Y luego cenamos y hubo más.

Y en este caso, como en el otro, siempre es mejor hacerlo en compañía que a solas, se disfruta más.

En twitter: @guiabuenamesa