Nos creemos muy listos y pensamos que hoy en día sólo podemos hablar de vinos naturales hechos por pequeños productores que saben hacer las cosas con sinceridad. Puede que sí, pero eso no es todo.

Mire usted, hay muchas grandes bodegas que tienen el saber hacer (el know how dicen los que saben inglés ), que tienen la capacidad, el tiempo y el dinero para hacer las cosas bien, de hecho son capaces de hacer las cosas incluso muy bien.

Aqui hay un ejemplo claro de lo que digo, Bodegas Olarra es una de las grandes, muchos litros, muchas marcas, todas con objetivos claros, comerciales, de calidad incluso para gustar a los gurus del vino y triunfan. Entre sus objetivos está el de hacer un vino blanco serio, se deciden por la verdejo en Rueda (a pesar de ese nombre tan gallego) y consiguen hacer un vino con toda su esencia, con todas las características clasicas de la uva, con su profundidad, su entereza, sus hierbas, su final amargo pero con un detalle añadido, su largura. Un vino como si estuviera hecho a propósito para gustar, fácil y elegante, un vino para quedar bien.

Lo mejor es que estas bodegas podrían subirse al carro de la DO y hacen lo contrario, ponen un precio económico pero sin insultar a los agricultores, ponen un precio para vender pero respetuoso con el trabajo ajeno. En Lukas San Sebastián en torno a los 5 euros, un vino blanco fresco, fácil y serio.

@guiabuenamesa