Ya ha pasado un tiempo, casi una semama desde que se armó la gresca porque un señor importante se ha empeñó en decirnos que, a la vista de que la guía Michelín se porta tan mal con España, más vale que no le demos valor a la guía roja. Por otro lado y a la vista de que la lista de los 50 mejores se porta tan bien con España más nos vale darle mayor valor a esta lista inglesa de patrocinio italiano.

Le han dado al señor por todos lados y con razón. Ya es hora de que empecemos a ser serios con lo que es serio. De acuerdo que la Michelín nos trata fatal, pero creo que menos mal de lo que realmente nos creemos. Ellos tienen un criterio y según ese criterio los restaurantes están donde tienen que estar. Quizás haya alguna estrella que falta o alguna que sobra (alguna se ha dado incluso sin un criterio consistente) pero el criterio general es claro y si voy a un restaurante de una estrella sé porqué voy y si voy a un tres estrellas también sabré con qué encontrarme.

No así la otra lista que será lo que sea y le daremos mucho bombo y platillo pero sus criterios no son nada claros porque entre comer en una mesa de madera casi casi de sociedad gastronómica o un restaurante con mantel de hilo, una gran carta de vinos y un servicio perfecto hay todo un mundo que no viene reflejado en esa lista, porque el primero puede ser el número uno y el otro el dos y ya me dirá alguien qué tiene que ver el Noma con el Celler de Can Roca, sinceramente, no veo que haya un criterio claro y convincente.

Tengamos las cosas claras y el chocolate como debe ser. Está claro que el donostiarra Rafael Anson, el que ha levantado todo este revuelo, lo hace porque puede influir en la lista de los 50 y no así en la Roja, como anécdota sirva la historia que me contó un gran cocinero que ha dejado de estar en la lista porque dejó de someterse al criterio del señor en cuestión y no le permitió que rellenara las fichas por él. Lo dicho, por mucho que quieran se les ve el plumero. Y lo bueno es que la guía lleva más de 100 años funcionando sin discusiones, es una consulta obligatoria cuando uno va de viaje y sigue señalando las tendencias gastronómicas más actuales. No se puede pedir mucho más a una guía.

Por cierto, que esta será una fiesta de interés turística o lo que sea, pero sigo sin entenderla. Y no me interesa nada y menos aún que en las noticias sea portada. Se celebra el último miércoles de agosto.

La foto es de Manuel Bruque

En twitter @guiabuenamesa