“En champagne hay siete grandes casas, Egly-Ouriet es una de ellas” me dijo un vendedor que conocí hace ya más de 15 años. Yo no entendía nada, entonces champagne era champagne y poco más, Grandes Crus puede que sí pero poco más. Egly-Ouriet me cautivó, me dejó colgado, conocí la palabra adicción por primera vez. Desde entonces hubo idas y venidas con el champagne en cuestión, se encontraba, no se encontraba, estaba a un precio y estaba a otro hasta que llegó a nuestras vidas de una manera regular y a un precio coherente.
Veamos, Egly-Ouriet es un gran champagne, grandísimo, de primer orden, sus 8 hectáreas de viñedos están todas clasificadas como Grand Cru, y ya en el entrado de gama encuentras todo lo que quieres encontrar en un vino serio. Esos matices de panadería, el famoso brioche, el cruasan que un cura se imaginaba que una chavala le traía a la cama (esta anécdota es cierta, catando champagne junto a un cura), y todos los toques frutales intensos del final.
Así que si eso es lo que tenemos en el entrado de gama, que es lo que en el mundo del champagne se llama al producto básico, veamos lo que tenemos hoy aquí, el VP (Viellessiment Prolonge) el siguiente en el trono ascendente, que aunque uno no sepa muxho de francés ya sabe que es un envejecimiento prolongado y es un vino extraordinario. ¿Qué hace que sea tan diferente? La nariz, eso es lo que te cautiva, porque te llena de un tostado elegante, intenso, muy profundo que le da valor y calidad a toda la panaderia. Puede que no te lo creas porque lo mejor se produce en boca, la entrada es muy ligera, con una burbuja casi imperceptible, como si alguien te quisiera decir: no esperes nada especial, esto no es para ti. Pero segundos más tarde te das cuenta de que te encuentras ante un vino muy especial porque explota en boca, se convierte en una ensalada de frutas, en la que la pinot noir destaca de manera rotunda y se hace goloso, y hay toques de membrillo, de orejones y esa acidez que te da frescura, la frescura elegante que te imaginas que debería ser la Hepburn en Historias de Filadelfia.
Pero lo más importante y es el por qué se puede encontrar este champagne en San Sebastián. Y es porque un loco de estos vinos se ha propuesto darnos el placer de poder tener a mano TODA LA GAMA COMPLETA (así, con mayúsculas) de Egly-Ouriet, repito, TODA LA GAMA COMPLETA, y eso es un lujo para los que estamos cerca y podemos disfrutar desde el básico hasta el rosé. Están todos en Lukas San Sebastián y los precios van desde los 40 euros del básico hasta los 90 de los más altos. Es una gran inversión.
@guiabuenamesa