A Elena Adell se le quiere por muchas cosas pero en nuestro mundo sobre todo porque es una gran enóloga y lo ha demostrado con creces. No es de las que se conforman con hacer un buen vino para hacer caja y se acabó. A ella le gustan los retos y se mete en muchos jardines y es capaz de salir airosa de todos en los que se ha metido.
Uno más ha sido darle forma a un proyecto ambicioso dentro de Azpilicueta, se trataba de hacer un homenaje al fundador de la bodega, Félix Azpilicueta, con una serie de vinos llamados Colección Privada y que debían estar a la altura de un gran nombre. Primero fue un tinto que ha pasado a estar entre los más importantes de la Rioja y ahora nos llega un blanco fermentado en barrica.
Este vino es la clara demostración de que los grandes también saben hacer las cosas con detalle. El proceso se cuida desde el viñedo donde se elige la viura a conciencia, eligiendo solamente aquellas cepas que más pueden interesar. Y después se hace un proceso muy cuidado con una fermentación en barrica americana poco tostada que da como resultado un vino muy elegante en el que la madera no te ataca a traición. Al revés, ¿te acuerdas de esa mañana de domingo en el que te tomas un brioche recién levantado y te sabe a gloria? Lo tienes en cada copa de este blanco. Mantequilla y tostados te saludan, pero también te llega la frescura de un jardín y yo juro que me ha quedado un toque anisado final que me ha encantado.
Estoy feliz con este vino porque me he encontrado con un blanco del que te puedes fiar y creo que podrá aguantar algunos años en botella. Cómo no se le va a querer a Elena Adell si es capaz de presentarnos estos vinos. En Lukas San Sebastián se pued encontrar en torno a los 15 euros.