Cuando alguien se sienta a tu lado, se toma una copa de un vino que le pones y dice: “qué bueno” sabes que has triunfado.

Este petit verdot de Enrique Mendoza es, por decirlo de una manera muy sencilla, un vino casi perfecto, de esos vinos con los que nunca vas a quedar mal, de esos vinos con los que siempre quedas como el raro de la reunión y cuando se ha probado quedas como el entendido en vinos, sigues siendo raro pero por lo menos parece que has subido un escalón.

Empecemos por la bodega, Enrique Mendoza, que aunque suene poco empezó ya en el año 70, cuando el titular pensó. Que quería dedicarse al mundo del vino y se acercó a la bodega familiar en Alicante para sacarlo adelante. Se puso a hacer vinos serios, monovarietaleas que en ese momento se conocian poco en España y acertó porque nos despertó el sentido a muchos y teníamos por el nombre de Enrique Mendoza u n respeto enorme.

Sigamos por la uva, la petit verdot, que se supone francesa, y de la que la gran Jancis Robinson dice: “es la más exótica de las uvas de Burdeos, donde sólo madura satisfactoriamente en las añadas más calurosas. Pero en zonas más calientes puede ser exquisita, con un carácter marcadamente especiado que es muy atractivo. Esto demuestra que merece la pena probar castas inusuales, incluso si no son autóctonas.”

Asi que la variedad se ha acomodado en Alicante porque tiene ese calorcito, crece bien y da unos vinos llenos de sabor y que con el cuidado que se merecen, con la barrica adecuada, da un vino que puede parecer de Burdeos, elgante, intenso y profundo. Ese vino con el que te van a decir “qué bueno” y con el que quedas como un rey, y, tratandose de un vino, ¿qué más quieres que te digan? Por cierto, que tu tan tranquilo porque has pagado en torno a los 11 euros (Lukas de San Sebastián ). Bravo