El problema de tanto vino nuevo no es que haya que probarlos (y que casi todos sean iguales entre sí ) sino que, por lo que parece, ya no quedan nombrespara tanto vino. Ya se han olvidado de todos aquellos nombres de Marqueses y Condes, enrtre otras cosas porque si no demuestras que tienes el título que te acredita ser un noble, no puedes ponerle ese nombre al vino. Se han olvidado también de los nombres más locales al estilo de pago de no sé cuantos o altos de no sé qué.
En algún momento de la película alguien ha decidido su vino se llame de una manera distinta. No sé si me parece bien o mal, solo sé que me suena raro.
Dejamos de lado esos al estilo de “De puta madre ” que creo que ya han prohibido o ese vino dedicado a un banquero que se llamaba Gran cerdo. Allá vamos con algunas curiosidades con las que me acabo de encontrar gracias a la guía de vinos ABC del 2013 (buena guía dicho sea de paso):
Normalitos son “Capricho” o “Demencia” sobre todo porque este último es un guiño a la uva mencía, chiste fácil. Tampoco sorprenden tanto los que se refieren a zonas geográficas por muy raros que suenen al estilo de “Doncel de mataperras” o “Finca los locos”, al fin y al cabo la sabiduría popular no hay quien la cuestione. Los que realmente me encantan son los más curiosos como “El buscador”, “Propiedad “, “El transistor”, “Las ocho”, “La movida”, “La prohibición “, “La perdición “, incluso “Suerte del Rey”, que debe ser como la perdición . Están los que se llaman “El músico ” y “El médico” y otro que se llama simplemente ¡EA!, eso sí para que nadie se crea que es un partido político lo han puesto entre exclamaciones. Y uno muy curioso para el mercado nacional es el llamado “Beautiful Things”, ya me estoy imaginando al paisano pidiéndolo en una en una taberna de La Rioja.
Y, finalmente, escribiendo donde escribo uno, va como anillo al dedo el DV de las sierras de Málaga. Dicho queda, para namings, que dirían los de marketing, el mundo de los vinos.
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